Fútbol l Copa del Rey

En el nuevo año no cambia nada

  • El Alcoyano empató en Barcelona ante la pasividad de los hombres de Rijkaard

El Alcoyano logró hacer historia al arrancar, en el último minuto, un empate en el Camp Nou ante un Barcelona condescendiente que pudo empezar el año goleando pero prefirió hacer su particular regalo de Reyes.

Un gol de Arnau en el minuto 90 disparó la euforia del equipo de alicantino, que no hizo méritos para tanto, pero que regresa a Alcoy con un premio futbolístico de gran magnitud, pese a no haber logrado superar al conjunto azulgrana en la eliminatoria.

El encuentro, en principio, resultaba carente de interés para los barcelonistas, tanto por la el resultado de ida (0-3) como por la entidad del rival. Tampoco era un buen día para que el Barça se rearmara moralmente tras la última derrota liguera, pues la mayoría de los jugadores que cayeron ante el Real Madrid en el último encuentro del año no estaban sobre el terreno de juego.

Sin las estrellas azulgrana, el interés del choque estuvo en el debut oficial del joven meta Oier Olazábal, el regreso de Edmilson tras superar una grave lesión de rodilla y la siempre refrescante presencia de Bojan y Giovani. El mexicano, perdido en la banda, prácticamente pasó inadvertido, pero no el de Linyola que fue, de largo, el hombre más peligroso de los locales.

La eliminatoria quedó totalmente sentenciada a los dos minutos de juego, cuando Ezquerro se encontró sin querer con un balón franco después de un disparo de Deco. El propio Ezquerro ampliaría la cuenta ocho minutos después, esta vez al rematar una asistencia de Bojan.

El Alcoyano, por su parte, lo intentó casi siempre de lejos, pero sin acercarse con peligro a la portería defendida por Oier, quien tuvo un debut bastante plácido. El conjunto alicantino intentó ahogar la línea de creación azulgrana poblando con cinco efectivos el centro del campo pero, como era de esperar, se perdió en la inmensidad del Camp Nou.

Cuando el conjunto de José Bordalás parecía haber bajado definitivamente los brazos, se encontró con un inesperado regalo: unas manos de Ezquerro. Perona no desaprovechó la oportunidad de marcar y, en la última jugada del partido, un centro raso de Barrena por la derecha acabó con un remate cruzado de Arnau que puso las tablas en el marcador.

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