En ocasiones, los números en el fútbol no valen para nada. El Polideportivo Ejido estaba hundido en la tabla de clasificación, y sin conocer la victoria desde la jornada 17, y el Sevilla Atlético mantiene la esperanza de acabar en lo más alto de la clasificación la temporada.

Con esa vitola de favorito que dan los números llegaba el filial sevillista a tierras almerienses. Además, el técnico local, Fernando Castro Santos, se había encargado de pasar la presión a los jugadores de Fermín Galeote.

En la salida de los protagonistas al campo se atisbaba que el partido iba a resultar de todo menos emocionante. Los sevillistas se hicieron con el mando del encuentro, dominando el centro del campo con Jonathan y Armenteros, pero careciendo de profundidad. Mientras, el Ejido se sentía cómodo sin la pelota, presionaba la salida jugada del filial y parecía conformarse con el empate. Evidencia de ello fue que el más destacado del conjunto local durante la primera función fue su guardameta Bello Serans.

Pese al dominio territorial, las ocasiones no llegaban y las ofensivas del equipo nervionense morían en las mediaciones del área del equipo de Castro Santos.

El descanso no pareció despertar a El Ejido. Los sevillistas intentaban llegar con claridad a la meta rival, pero la pobre aportación de sus atacantes no fabricaba peligro. Esto supuso que Galeote diera paso a los cambios. Sustituyó a un Salva Sevilla despedido con una ovación tras su paso por la cantera ejidense durante siete años para dar entrada a Cordero.

Con el partido sin dueño y el público aburrido, Castro Santos también procedió a mover su banquillo, decisión, a la postre, definitiva para el marcador final. El técnico local introdujo a Moreno en el campo y la imagen de su equipo cambió. El centrocampista tuvo que desperdiciar dos claras ocasiones en sendos córners antes de aprovecharse de un resbalón de la zaga del filial para poner por delante (minuto 79) a El Ejido. Con el resultado y el tiempo en contra, Galeote mandó alinear las líneas en busca del empate. Y podría haber llegado si Juan Pablo, que había sustituido a Armenteros, no se hubiese encontrado con Bello Serans tras un espléndido remate de cabeza.

Y como en tantas y tantas ocasiones, lo que llegó fue la puntilla de los ejidenses. Una salida en falso de Javi Varas cuando el Sevilla Atlético se volcaba con descaro sobre el marco local, la aprovechó Mario Bermejo para culminar un contragolpe con un certero remate a puerta, que pese a la intentona de David Prieto por evitarlo acabó en el fondo de las mallas.

Y así terminó un partido en el que el equipo de Galeote pecó de escasa ambición, a sabiendas de que un tropiezo a estas alturas de temporada es permisible.