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A octavos sin paliativos

  • Arrollador A los 36 minutos el Madrid ya vencía 3-0 y dejaba sentenciado su primer puesto Titular Baptista, la apuesta en el lugar de Guti, marcó el primer gol

El Real Madrid rompió con el pasado y selló su pase como primero de grupo a octavos de final de Liga de Campeones, con festival goleador y diversión en el estadio Santiago Bernabéu, a costa de una débil Lazio, el día que Bernd Schuster castigó a Guti en un encuentro vital.

El Real Madrid no podía fallar. No había excusas para sentenciar una clasificación que debía haber certificado antes. Instalado en uno de los grupos más asequibles, perdonó dos oportunidades, en Grecia y Alemania. Ante la Lazio era obligado ganar, pese a que las matemáticas concedían margen.

Bernd Schuster premia el momento de sus jugadores. No cree en las rotaciones. Por eso, la suplencia de Guti es un castigo en toda regla. Nunca lo reconocerá el técnico alemán, pero la expulsión del segundo capitán ante el Murcia le está pasando factura.

Hasta ese momento Guti era la clave del nuevo Real Madrid. Hasta había olvidado su suplencia en el primer partido serio del año, la ida de la Supercopa de España ante el Sevilla. La historia se repitió. El día más importante es señalado. En esta ocasión por el técnico del que sentía más confianza.

No es Guti un futbolista más. Tan brillante con respaldo como irregular en momentos de duda. Su cabeza inventa pases únicos al ritmo que se desconecta del mundo para entrar en una dinámica negativa. Su cara en el banco lo decía todo. No lo esperaba.

Nació el partido con un Real Madrid dubitativo y una Lazio lanzada. Los italianos pisaron en tres ocasiones el área de Casillas, en una de ellas con remate de Rocchi pegado al palo. Pero apareció Baptista e instaló la calma. Recibió el balón en el minuto 13, en la frontal con el gol dibujado en su cabeza. Lo plasmó a la perfección. Control orientado, un toque para armar el disparo y gol. El primer puesto de grupo estaba asegurado porque tres minutos después la Lazio se tambaleó y el más listo de la clase, Raúl, lo aprovechó.

El capitán madridista engordó sus números como máximo goleador de la historia de Liga de Campeones y marcó, de cabeza, su tanto 59, en el segundo palo, tras jugada de estrategia en un saque de esquina.

La Lazio llegaba con la bandera de un fútbol alejado del típico italiano. La comparte con la Roma, pero ayer se la dejó en casa. Blanda en defensa y con poca pegada, se despidió de Europa concediendo un gol, el tercero, de patio de colegio. Van Nistelrooy tuvo tiempo dentro del área para pensar y regalar el gol a Robinho.

El madridismo estaba satisfecho, el partido sentenciado y Schuster concedió descanso a Sneijder y Robinho. Saltaba Guti en la reanudación con el gesto torcido, para demostrar que es compatible con Baptista. Se divirtió el Real Madrid en el inicio de la segunda parte, antes de dejarse llevar por el resultado. Guti dio velocidad y precisión en el pase. Robben puso las ganas de agradar. Con la Lazio dudando en buscar el gol de la honra o contar los minutos hasta el final, Van Nistelrooy y Robben perdonaron y el equipo italiano aprovechó un despiste de la zaga para marcar, con Pandev remachando a placer un remate picado de Rocchi.

Poco importaba para un Real Madrid satisfecho por evitar males del pasado en el cruce de octavos. Primero de grupo, jugará el encuentro de vuelta en su estadio, donde gana todo lo que juega y, sin embargo, se corea el nombre de Casillas. Ayer cerró el partido salvando un penalti con dos paradas marcas de la casa.

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