Desde mi córner

Un partido rico en connotaciones

  • El España-Suiza de hoy llena de euforia a la deprimida Zaragoza y a los amigos del Panda

Aunque Sevilla sea cíclicamente sede fija, que el equipo que debiera ser de todos se mueva por distintas ciudades es bueno para el fútbol. En Zaragoza se ha disparado la expectación por el partido de esta noche con Suiza, ya que La Romareda lleva demasiado tiempo en un ostracismo que hubiese sido impensable en aquellos años dorados de, por ejemplo, Los cinco magníficos y la dirección presidencial y empresarial de José Ángel Zalba.

Es un dolor ver cómo el Zaragoza se mueve por las sentinas del fútbol sin que se le vea el final a tan dolorosa situación. La afición maña se merecía un alegrón y ese les llega con el anuncio de un partido de España en La Romareda. Y con las gradas llenas y dándole un corte de mangas a tan triste episodio del maltratado equipo blanquillo, víctima de desaprensivos y de incompetentes, esta noche vivirá la capital de Aragón como el reencuentro con tiempos inolvidables.

Y es éste un partido importante para nuestro fútbol y cuando ya olisqueamos los umbrales del Mundial qatarí. Ganar como premisa ineludible con la que asirse con más fuerza a ese primer puesto que recuperamos gracias a la impagable victoria de Suiza sobre Portugal el pasado 12 de junio. Aquel resultado con la combinación de vencer a Chequia le dio un vuelco a la clasificación para que dejásemos a los lusos a la espera ya de que seamos nosotros los que erremos.

Y en esta cita con los helvéticos se da una alegría compartida, ya que la posibilidad de que Borja Iglesias debute con la casaca nacional alegra a los béticos y también a los anfitriones. El depredador gallego explotó en las filas zaragocistas a base de goles y aquello le permitió pasar al Espanyol. Por eso, este España-Suiza tiene tan diversas connotaciones que lo hace especialmente atractivo. ¿Jugará el Panda? Quién sabe, pero al menos cabe la satisfacción de que ya está en la pole.

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