Tenis

"Nunca pensé que sería tan bueno"

  • Roger Federer aún no baja de la nube tras ganar Wimbledon

Mañana de lluvia en Londres, Roger Federer se acerca a una de sus hijas gemelas y comprueba que podrá ser uno de los deportistas más grandes de la historia, pero que él también tiene ciertos límites. "Estaban jugando y les pregunté. ¿Te acuerdas de lo que pasó ayer? Una me dijo que no, pero la otra se acordaba de los aplausos".

Quizás Myla Rose y Charlene Riva -sus hijas- no necesitaran bajarlo a la tierra, porque Federer demostró ser muy consciente de quién es y de qué viene logrando, pero estuvo lejos de esa imagen de arrogante que algunos medios británicos le echaron en cara en las horas previas a su victoria en la final sobre Andy Murray.

"No sé cuánto entienden otros chicos de tres años, pero las mías casi llegan a entender la diferencia entre un entrenamiento y un partido", dijo entre risas el suizo. "Y si entienden la diferencia entre victoria y derrota, no lo sé aún...". El lunes próximo sumará 287 semanas al frente del ranking mundial y superará el récord de 286 que hoy comparte con Pete Sampras, del que se aleja en la plusmarca de títulos de Grand Slam, 17 contra 14. "En 2003 ni se me pasó por la cabeza que alguna vez sería capaz de ganar Wimbledon. Me impactó que todo fuera tan perfecto".

"¿De qué me enorgullezco más? Creo que de mi carrera, porque nunca pensé que sería tan bueno. Se me consideraba bueno cuando era joven en Suiza, pensaban que podía llegar a ser uno de los cien mejores", admite frente a una mesa repleta de periódicos cuyas primeras planas lo elevan a los altares del deporte. "¡Eh, no son míos!", advierte.

"Con los entrenamientos y la práctica me fui convirtiendo en un verdadero profesional. Y en mis veinte y pico, lamentablemente un poco tarde, aunque al final estuvo bien, considerando cómo se desarrolló mi vida, algo hizo click y gané mi primer Grand Slam".

Federer, que en menos de un mes cumplirá 31 años, es visto por muchos como un reloj suizo con forma humana. Pero poca verdad hay en esa imagen. Tras el arrasador 2011 de Djokovic, el regreso de Federer al número uno cambia algunas cosas en el circuito. "¿Es una ventaja ser uno, dos, tres, cuatro? Cambia la dinámica, habrá semifinales diferentes. Va a ser duro para Rafa y Novak encontrarse en semifinales", concluye.

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