Todo lo que tiene a favor suma mucho más que lo que se alinea en contra y meterse en los atascos y salir de ellos es la constante de este equipo en los últimos meses. Llega al momento actual en un estado en el que ni siquiera la ley del péndulo hace que sus aficionados casi no sepan a qué atenerse. ¿Saldrá carne o saldrá pescado? ¿Se atorará en el centro del campo al bajo ritmo de sus medios centro o encontrará con fluidez la autopista de las bandas?

Salvo cierta indefensión en el lateral derecho y algunos problemas para crear en muchas ocasiones por el eje, el funcionamiento del resto del equipo es perfecto.

sin balón

Una de las cuestiones -si no la principal- con que Jiménez ha subsanado en determinados partidos la espesura de ideas de su mediocampo ha sido ordenar una presión más adelantada de lo normal. Dar ese paso adelante desde los delanteros, con el acompañamiento de los pivotes, suele dar resultado. Por ejemplo, se pudo ver a Duscher contra el Athletic volcado como un delantero más.

En labores defensivas, el Sevilla es tremendamente ordenado. Los laterales no suben y la pareja de centrales mantiene el tipo por alto y se muestra rápida y coordinada en el juego subterráneo. No por casualidad el equipo de Jiménez es el segundo menos goleado del campeonato. Además, cuenta con uno de los porteros más en forma, Palop, que salva puntos con asiduidad. Delante de la defensa, cuando es Duscher el que se posiciona suele haber más control de las posiciones a riesgo de tener menos presencia en ataque.

con balón

El juego ofensivo del Sevilla es el corazón de su confianza. Ni las bajas han sido óbice para que el equipo de Jiménez haya rendido en ataque, más allá de que en algunos partidos haya mostrado menos recursos, aunque siempre ha sido una cuestión que ha tenido que ver con el déficit de frescura del centro del campo. Al Sevilla le cuesta a veces sorprender porque los hombres que están por detrás del balón rara vez hacen ruptura, pero una vez creada la situación de uno contra uno, acaba siendo letal. Jesús Navas, Adriano y Capel crean desequilibrio con facilidad en las alas y Kanoute pivota y moldea cada jugada dominando los tiempos del pase y los desmarques. Luego deben llegar las incorporaciones de Renato y Romaric. Una novedad es la frescura y el tesón que ha aportado Acosta en el último encuentro, muy útil tanto en la presión como para revolucionar un partido.

lo mejor

El bloque. Defensivamente tiene pocas fisuras y como ataque puede llegar a ser una máquina. No olvidar el gran momento de Jesús Navas, el más desequilibrante.

lo peor

Aunque Mosquera ha adecentado su rendimiento, los rivales siguen buscando esa banda. Últimamente, mala ejecución en la estrategia. En la ofensiva y en la defensiva.