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La portería, ¿un asunto atragantado?

  • Con Europa vuelve el turno de Javi Varas y un debate alimentado por las dudas que no despeja Beto. El club comunicó al de Pino Montano en verano que no contaba.

Quizá todo se empezó a torcer cuando el Sevilla -su dirección deportiva- decidía cortar por lo sano y zanjar un tema desagradable como la tirantez privada y pública que mantenían Palop y Javi Varas sacando a los dos de la plantilla. Sin que se tome la expresión a mal, Monchi debió pensar que como no sabía qué manzana era la podrida lo mejor era apartar a las dos. Tampoco hay que olvidar aspectos que no se decían, pero que estaban latentes, como la altísima ficha que había llegado a tener el guardameta valenciano que fue, es y será ídolo del sevillismo.

Fue entonces cuando el Sevilla decidió apostar fuerte, muy fuerte por un portero. Mejor dicho, iba a apostar por dos, pero uno iba necesitar una inversión mayor, de 3,5 millones de euros (pocos clubes en el mundo gastaron ese dinero en ese puesto aquel verano) por Diego López, quien acabaría cayendo en desgracia y quien en el Real Madrid triunfa ahora hasta el punto de haber mandado al mismísimo Casillas al banquillo.

Pero con lo que no contaba Monchi es con el "no" de Palop. Y, amigo, ahí hemos topado con la iglesia. No en vano fue proclamado "santo" por el papado que es el sevillismo. Palop, como hizo con otros muchos, se merendó a su rival a la primera ocasión que tuvo, al margen de que ya antes con su negativa a dejar el club había abortado la llegada de otro portero, Toño, entonces en el Racing.

Por el otro camino, Javi Varas recalaba como cedido en el Celta, un club que acababa de ascender. Y así, surgía otro problema. El de Pino Montano había renovado al alza con una cantidad importante al rebufo de un inicio de campaña realmente espectacular, con su punto máximo en una soberbia actuación en el Camp Nou en la que, además, le paró un penalti a Messi en el descuento. Por ello, Javi Varas aceptaba irse al Celta, sí, pero más del cincuenta por ciento de la ficha iba a correr por cuenta del Sevilla, que acababa asumiendo en su masa salarial los sueldos de tres porteros muy bien pagados, particularmente dos de ellos, cuando sólo puede alinear a uno.

Era una situación mal parida desde el principio que, sobre la marcha, tuvo un arreglo más que decente cuando, de pronto, a Mourinho se le ocurrió que Diego López era el portero que necesitaba cuando se lesionó Casillas en la muñeca. El Sevilla le ganó un millón (4,5 de venta al contado) a una operación que se iniciaba por la mañana y se remataba por la noche. Y solucionaba un problema porque el gallego se había bloqueado con la feroz competencia de Palop. En tres cuartos de hora estaba en el aeropuerto un portero cedido que además parecía bastante bueno y que jugó el mismo día de su llegada en el Calderón la ida de una semifinal de Copa.

Hoy Beto, ejercida ya la opción de compra, es el titular cuando nos encaminamos al año de su debut en el Sevilla, pero ante la afición no es ya el guardameta que tan buenas sensaciones mostraba. Tiene un excelente juego de pies que le hace ser osado a veces, pero que alimenta un viejo anhelo de los que dibujan los planos del proyecto, sacar el balón jugado desde atrás, y es bastante vistoso en algunas jugadas, con gran sentido del mando y personalidad para, por ejemplo, convertirse en una de las referencias del grupo. Pero, ¿salva puntos? El aficionado ya tiene sus dudas, sobre todo al haber coincidido buenas actuaciones de Javi Varas (en Estoril especialmente) con otras en las que Beto dejó dudas. Ocurrió en Valencia, donde se le culpó de un gol, el tercero, y se pensó que podía haber hecho más en otro, el segundo.

El caso de Javi Varas ha sido distinto. De hecho, ha vivido una situación extraña desde que este verano regresara tras expirar el periodo de su cesión en Vigo. A principios de julio el Sevilla comunicó a su agente que debía buscar un nuevo destino para el de Pino Montano, ya que en los planes de la dirección deportiva, aparte de ejercer la opción de compra por Beto, entraba la idea de que llegara un nuevo portero. El club estuvo todo el verano tanteando con Fermín Gutiérrez (el agente de Jairo) el fichaje de Dani Sotres, portero del Racing internacional sub 21. Pero, claro, antes de ello era necesaria la salida de Javi Varas, entre otras cosas porque también estaba en la plantilla con contrato en vigor (recién renovado) el canterano Julián. Pero la alta ficha de Javi Varas fue un muro para su salida. Los clubes que se interesaron (Espanyol, Granada, Almería, el mismo Celta…) no podían asumir su sueldo. Su trabajo en la pretemporada de Costa Ballena fue extraño. No estaba apartado del equipo, pero tampoco solía hacer partidillo con la asiduidad de los otros porteros, Beto, Julián y Sergio Rico. Unai Emery llegaba a pronunciar una frase en rueda de prensa bastante descriptiva: "Javi tiene la puerta abierta incluso para quedarse". Mas claro… El verano pasó, llegó el tiempo de inscribir a los jugadores y Javi Varas permanecía en la plantilla. La imposibilidad de su salida había abortado el plan de la dirección deportiva para la portería.

Aparte, también estaba el asunto de Julián. Este portero fue renovado tras la marcha de Palop sin que los técnicos tuvieran una fe ciega en él. Pero su representante es el hermano de Guardiola, su nombre salió en la prensa catalana en un abanico de 5 porteros jóvenes para el Barça y allí por aquella época Luis Alberto marcaba un domingo sí y domingo no y daba asistencias en cada jornada. Julián estuvo cerca de ir cedido al Recre (con Sergi Barjuán), hecho que al final no se produjo y tiene ficha del primer equipo hasta el punto de que ha dejado sin dorsal a Alberto Moreno, Cicinho o Maduro.

Ahora, en teoría, llega el turno de Varas en el partido ante el Friburgo en competición europea y habrá de nuevo muchas miradas. No es un tema que sea para alarmarse, pero sí que provoca que al mínimo fallo del portero titular, en este caso Beto, el debate de la portería se reavive en el seno de la opinión pública, que sólo es eso y no más que eso: opinión y pública.

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