Supercopa de Europa · Real Madrid-Sevilla

El premio para uno de los campeones

  • El Sevilla acepta el papel de favorito del Real Madrid con la serenidad de optar a un título añadido.Emery confía en el estado de forma de los suyos.

Supercopa de Europa, Cardiff, frío 12 de agosto en la capital de Gales y se anuncia en la cartelería un duelo entre el Real Madrid y el Sevilla, dos equipos españoles. La razón, por si aún existe algún aficionado al fútbol que no la conozca, es que el coloso madridista conquistó la Décima mientras que el club radicado en el muy sevillano barrio de Nervión le daba a Andalucía y Sevilla la tercera Liga Europa o Copa de la UEFA, como se prefiera. En definitiva, el cuarto título continental que acarreó hacia los lares andaluces si se añade a ellas la Supercopa que ya le ganara al Barcelona en Mónaco. Y precisamente ahí surge la gran referencia para todos los que sienten la fe balompédica sevillista, la opción de derribar al gigante, pues no se olvide que entonces también era un Barça que parecía el mejor equipo del orbe con los Ronaldinho, Eto'o, Deco, Xavi y hasta el emergente Messi.

Ésa es la gran ilusión de un Sevilla que se presenta en Cardiff, la sede elegida por la UEFA para el enfrentamiento entre los dos campeones continentales después de que Praga sustituyera a Mónaco y de que Tiflis, la capital georgiana, sea la designada para completar el trío de escenarios hasta nuevas noticias del organismo balompédico, con la idea de disfrutar. De disfrutar y, por supuesto, de hacer todo lo posible para ganar. Porque en el fútbol, está claro, sólo se goza con el triunfo y eso se pudo comprobar cuando el Sevilla fue por segunda vez a Montecarlo para jugar la Supercopa y cayó ante el Milan por la sencilla razón de que tenía la cabeza en otra parte tras el fallecimiento de uno de los suyos, de un Antonio Puerta al que aún lloraban todos los sevillistas tras perder la vida unos días después de desplomarse en el césped del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.

Quienes estuvimos allí para contar lo que sucedía en ese partido pudimos comprobar que la derrota duele incluso en unas circunstancias tan especiales. El Sevilla se dejó todo lo que tenía para homenajear al compañero ausente, incluso se puso por delante en el marcador con un tanto de Renato que provocó que los brazos de todos los futbolistas se dirigieran hacia el cielo, pero después salió bastante dolido por no haber podido sumar un nuevo título a su palmarés. En realidad, fue la única final europea que ha perdido desde que iniciara el ciclo tan exitoso que lo ha llevado a conquistar hasta cuatro títulos continentales.

Aquello, de cualquier forma, ya es pasado y las circunstancias ahora son completamente distintas. El Sevilla arriba a Cardiff con la piel de cordero, entre otras cosas porque le interesa que así sea. Que el Real Madrid es el claro favorito para ganar esta Supercopa, pues claro que sí. Cómo no iba a serlo un equipo que se gasta en uno solo de sus fichajes, concretamente el colombiano James Rodríguez, más que el presupuesto entero de la entidad sevillana. Pero es que, además, eso es así un año tras otro, pues el anterior lo hizo en Bale y así sucesivamente. Además, lo adereza con el alemán Kroos, que habrá que ver cuánto ha costado en realidad teniendo en cuenta que le restaba sólo un año de contrato en el Bayern; con el pago de la cláusula de Keylor Navas y con lo que haga falta con tal de satisfacer la megalomanía de Florentino Pérez a la hora de fichar a todos los futbolistas que se pongan en el escaparate mundial en un evento determinado.

Es evidente, por tanto, que el potencial del Real Madrid es mucho mayor que el que le pueda oponer un Sevilla obligado a vender a Rakitic e incluso a Alberto Moreno para poder alcanzar el puzle de refuerzos para su plantilla. Pero esas distancias teóricas, que existen, por supuesto que sí, no restan ni una unidad de ilusión a los futbolistas que hoy vestirán de rojo en el Cardiff City Stadium, recinto en el que habitualmente juega sus partidos el equipo en el que milita Juan Cala. Unai Emery y todos los suyos tienen una confianza absoluta en sus opciones para derrotar al coloso blanco. Esta tesis la avala, además, el estado de forma mostrado por los nervionenses en sus últimos partidos amistosos ante Hertha, Fenerbahçe y Córdoba, lo que contrasta con las lógicas debilidades físicas del Madrid en su gira norteamericana.

Habrá que ver si el físico iguala las diferencias entre las plantillas. En ello confía un Sevilla que tiene claro que debe hacerse fuerte atrás para salir a la contra con velocidad. Justo el mismo método que empleaba el Real Madrid en los tiempos de Mourinho y del que pretende alejarse Ancelotti a la vista del tipo de futbolista que tiene ahora a sus órdenes, léase Kroos y James Rodríguez. La idea es equilibrar el duelo con Krychowiak y Carriço por delante de los dos centrales y velocidad. Si sale bien, el premio sería el quinto título europeo, nada más y nada menos que eso, aunque el mero hecho de estar en Cardiff esta noche equivale ya a haber sido campeón.

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