Slavia-sevilla

Un premio tan gordo como prestigioso

  • El Sevilla se juega en la fría Praga ante el Slavia la posibilidad de eludir en octavos a equipos como Milan, Inter, United o Chelsea. Jiménez seguirá en su línea de refrescar el equipo, pero todos quieren el primer puesto.

Última estación para el Sevilla en la fase de grupos de la Liga de Campeones y la posibilidad de ponerle un prestigioso broche de oro en el estadio del Slavia de Praga. Mientras equipos de muchísimo fuste, con varios títulos de campeón de Europa en sus respectivos palmarés, luchaban ayer por lograr su clasificación, la presencia en el bombo del día 21 de diciembre está garantizada para los nervionenses. Es más, hasta el primer puesto del Grupo H se halla al alcance de los hombres de Manolo Jiménez, quienes dependen exclusivamente de sí mismos para ello. Está claro, por si algún incrédulo tenía la menor duda, que el actual campeón de la Copa de la UEFA ha aprobado con notable en su segunda presencia en la máxima competición continental. La atención tal vez esté ahora más centrada en el torneo doméstico, en esa Liga que tratan de enderezar los sevillistas después de un arranque cargado de baches, pero la posibilidad de acabar como primero de grupo, por delante del nunca suficientemente piropeado Arsenal, es un premio gordo navideño anticipado, además de un galardón honorífico de muchísimo prestigio.

Ahora que llega el sorteo navideño de lotería, conviene explicar por qué se trata de un premio gordo. El Sevilla, en caso de ganar en la fría noche de Praga, no sólo adicionaría un buen número de millones a su cuenta corriente, que también es importante, sino que evitaría en el sorteo de los octavos de final a clubes como Milan, el actual campeón y con su grupo cerrado desde la pasada semana, Inter, Manchester United o Chelsea. Además, aunque ésa sea una cuestión menor en el fútbol de la contemporaneidad, los blancos disputarían el encuentro de vuelta en el Sánchez-Pizjuán y eso, dice la mayoría, es siempre una ventaja a la hora de afrontar las eliminatorias a doble partido.

Ésas eran las cábalas con las que se subía la expedición sevillista al avión en la mañana de ayer, bien tempranito, con destino al frío de Praga. Allí, aunque no se espera que nieve hasta los últimos días de la presente semana, fue recibido con una temperatura en torno a los cinco grados y una sensación térmica gélida, aunque no mucho más de la que existe en Sevilla. El ambiente, de cualquier manera, era mucho más cálido tanto por parte de Manolo Jiménez como de los propios futbolistas. Los triunfos siempre suelen tener un efecto balsámico y ésta no iba a ser una excepción, lo que ha alegrado bastante la faz de casi todos los expedicionarios. Se trata, además, de un paréntesis en el devenir cotidiano de la Liga y eso se agradece sobremanera en unos tiempos algo menos venturosos que los de antaño.

Además, Praga cuenta con la ventaja de ser un destino turístico mucho más deseable y eso provocará que las gradas del estadio del Stadion Evzena Rosickeho, nombre oficial del recinto del Slavia, alberguen muchos aficionados sevillistas. Ellos serán los testigos directos de esa posibilidad histórica de ver al Sevilla como primer equipo clasificado en el Grupo H. Está claro que eso no entraba dentro de los objetivos marcados, pero no estaría mal. Porque la primera meta se situó en la clasificación en sí para esta Liga de Campeones, lo que no estribó mayores dificultades frente al endeble AEK a pesar de la tragedia que vivió el Sevilla con el fallecimiento de Puerta entre los dos partidos que se disputaron. Después, allá cuando el torneo se iniciaba en el fastuoso Fly Emirates londinense, la idea era superar la primera fase de la competición, algo que ya es seguro con la opción incluso de que los sevillistas acaben como primeros de grupo después del soberano repaso que le dieron al Arsenal en Nervión.

Se trata, pues, de un premio añadido y eso influirá para que Manolo Jiménez no exprima a sus futbolistas más de la cuenta. En Sevilla se quedaron Keita y Adriano, el primero de ellos por una tarjeta más que buscada ante el Arsenal; tampoco viajó, lógicamente, Palop por esa fractura en el dedo que lo tendrá de baja durante algunos meses, igual que Kerzhakov y De Mul, y hasta Fazio gozará de descanso por la decisión del entrenador sevillista. ¿Quiere esto decir que el Sevilla deja en segundo plano esta cita frente a ese Slavia que, dicho sea de paso, también tiene asegurada su clasificación para la Copa de la UEFA? En absoluto, la posibilidad de acabar como primero de grupo es valorada en su justa medida. Ése sería uno de los premios gordos, y también muy prestigioso.

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