El proyecto de Champions del Zaragoza acabó estrellándose contra la realidad más cruda de la liga en el Ono Estadi, donde los maños cayeron por 3-2 ante el Mallorca consumando así su descenso al infierno de la Segunda División en una tarde de tragedia y drama para los aragoneses.

Los dos goles de Oliveira no impidieron el hundimiento de un Zaragoza que se encontró con un rival muy motivado, que acarició el sueño europeo hasta los instantes finales del partido. Al final, ni uno ni otro vieron colmadas sus expectativas, pese a que el conjunto balear sumó su sexta victoria consecutiva.

El gol de Güiza, con la colaboración involuntaria de Sergio Fernández, supuso un punto de inflexión en el partido, que hasta ese momento disputaban dos equipos más preocupados por hacer las cosas bien y no fallar, que de buscar con determinación la portería rival. A partir de ese momento, se fueron arriba, porque necesitaban en ese momento marcar dos tantos para salir de la quema. El Mallorca se limitó a controlar el balón y buscar la velocidad del camerunés Webo, la puntería de Güiza y el disparo siempre peligroso del venezolano Arango, que estrelló en el palo un remate en el minuto 22.

El Zaragoza presionó bastante, pero no logró crear ocasiones claras de gol, con excepción de un fallido remate del argentino Aimar al borde del descanso, que no encontró la manera de darse la media vuelta para atrapar un balón suelto en el área balear.

Bien marcados Oliveira -que sustituyó en la alineación inicial a Matuzalem, lesionado en el calentamiento- y Diego Milito, el equipo de Manolo Villanova lo intentó por las bandas, a través de Sergio García y Aimar, pero sin mucha fortuna. Cuando el Mallorca más apretaba para ampliar la diferencia en el marcador, Oliveira cabeceó con maestría para empatar el partido. El gol daba la vuelta por completo al panorama El Zaragoza se salvaba, el Mallorca se despedía de la UEFA y el Recreativo, que perdía, tenía medio pie en Segunda. Pero eso sólo duró 10 minutos,. Hasta que Webo, también con la testa tras un clamoroso error de César en el saque de portería, volvía a situar a su equipo por delante.

No les quedaba otra a los maños, que se lanzaron a por la igualada dejando muchos espacios atrás. Con el encuentro totalmente roto, Gonzalo Castro, en un contragolpe, certificó el triunfo mallorquín. Oliveira, en la prolongación, alargó la agonía zaragocista con un segundo tanto, a la postre ya inútil. Estaban en Segunda, y nada ni nadie los podía consolar en esos momentos. Y el Mallorca se quedó sin UEFA.