Fútbol l Copa de la UEFA

No pudo ser más cruel

  • El Getafe vivió un sueño para despertarse de una manera vil por el gol de Toni en el último minuto · Un error de Abbondanzieri metió al Bayern en el partido

El Bayern de Múnich se clasificó ayer para las semifinales de la Copa de la UEFA al empatar a tres goles en su visita al Getafe gracias a dos goles del delantero italiano Luca Toni en los últimos cinco minutos de la prórroga.

El fútbol castigó a un épico Getafe, que tuvo el pase en la mano a pesar de jugar durante 115 minutos con 10 jugadores por la temprana expulsión de Rubén de la Red. El Bayern forzó la prórroga en el último minuto del tiempo reglamentario y sentenció el pase con otro tanto en el último minuto del tiempo añadido. Así son los equipos alemanes, así es el Bayern, que ahora buscará ante el Zenit San Petersburgo ruso un lugar en la final del certamen.

El encuentro comenzó condicionado por la expulsión de De la Red por trabar a Klose cuando éste encaraba a Abbondanzieri. De la Red, fundamental durante toda la temporada, dejaba lastrado a su equipo. Entonces, el Getafe ya supo que por delante le quedaba un partido muy largo.

Pero el Getafe es un equipo indómito, al que no le cabe el corazón en el pecho. Apostó por replegarse, defendiendo muy bien con dos líneas muy juntas, alejadas de su portero hasta lo prudente, e intentando sacar el balón jugado desde atrás. Pasaban los minutos y la hinchada vivía mirando el reloj, pero el fútbol tiene cosas que se escapan a la razón. Contra controló un balón a 60 metros de la portería alemana e inició una heroica cabalgada. La defensa alemana se quedó paralizada, el rumano entró en el área y casi sin aire lanzó un derechazo que entró como un obús.

Nadie se lo creía. El Bayern mejoró en el descanso, pero no lo tuvo claro. Hasta que llegó el fútbol alemán de toda la vida, el equipo que sabe que tiene su oportunidad hasta el último minuto. A los 89 minutos el balón cayó llovido a Ribery y éste marcó. La prórroga estaba servida.

El Getafe estaba exhausto, pero marcó dos goles en un visto y no visto. Sin embargo, el castigo final no pudo ser más vil. Abbondanzieri le abrió el camino al Bayern y el italiano Toni agradeció el regalo para helar después al Coliseum. ¡Qué crueldad!

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