Está como unas castañuelas. Relajado y, como siempre, dicharachero, Manel Comas está pleno de satisfacción por alcanzar varios retos un mismo fin de semana. Derrotó a un grande como el Tau en su feudo, donde le adoran, y cumplió el objetivo por el que fue repescado en su día para sustituir a Rubén Magnano. El Cajasol está salvado, pero quiere más en estas dos jornadas que quedan, en las que vivirá tranquilo por tener pactada la continuidad en Sevilla un año más, como él mismo comenta a este diario.

"La próxima temporada queremos un salto de calidad y algo habrá que hacer para conseguirlo", afirma. Y responde con el plural mayestático a la pregunta de si seguirá seguro. "Nos quedaremos, sí. Habrá que hablar de cositas, pero sin problemas. Estoy muy a gusto en este club y con este presidente. Y si le puedo echar una mano, con mi experiencia, lo haré. Hasta cuando me echó se portó bien porque él mismo no quería despedirme. Comprende muchas cosas y está muy de acuerdo conmigo en un montón. Quiere un Caja importante", asegura acordándose en su discurso continuamente de Juan Carlos Ollero.

Sobre la salvación matemática, Comas prefiere aparcar la euforia: "El objetivo se ha cumplido, pero esto no se ha acabado aún y no podemos pensar que es así porque tenemos dos partidos importantes por delante. Estamos liberados de la presión que nos atenazaba. Hemos ganado en Gerona, Barcelona, Vitoria y queremos hacerlo en casa ante Unicaja y en la pista del Madrid. Bien está lo que bien acaba. Está claro que el equipo tiene deficiencias, pero este final le da vidilla al aficionado porque el club lleva 10 años dándole disgustos y ahora puede disfrutar un poco".

El técnico es sincero cuando habla de la desconfianza que llegó a tener: "Pienso que ésta ha sido la tarea más difícil de mi carrera. En su día pensé a ver si esto lo salvamos porque lo partidos ante el Menorca y el Pamesa fueron unos fiascos, pero los tíos han reaccionado. Y no quiero relajarme porque es crear cultura. Estoy contento y me alegro por Ollero, que merece que me deje la piel por él. Vino al partido desde Madrid y se llevó un alegrón. Él quiere formar un club y un equipo como el Baskonia, pero es muy complicado trasladar un proyecto como el de Vitoria a Sevilla".

Bennett, objeto de deseo y de renovación. Comas piensa que se quedará en San Pablo: "El tío es un grande, en lo personal y en lo profesional. Le queda mucho baloncesto por delante, no para 30 minutos, pero es muy importante para la cultura de vestuario. Eso al final te da partidos. Va a tardar en contestar si continúa o no porque tiene que ver si trae a la familia, pero está muy contento en el Caja. Nos entendemos y hay muy buen feeling entre los dos. Creo que podremos continuar con él. Estoy convencido de ello".