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La química de los triunfos

  • El Sevilla, animado por su última racha, se conjura para terminar de enmendar su trayectoria con una escalada en la Liga. La Real debe ser la única fijación, pero de reojo ya se mira a la Copa.

Con la capacidad que tiene el fútbol de volver las cosas como un calcetín, tanto para un lado como para otro, en esta ocasión el Sevilla tiene en la mano la citada prenda puesta del derecho, es decir, con las costuras para dentro. Le falta todavía ponérselo, hacer lo propio con el zapato y empezar a andar. Las tres victorias consecutivas que ha sumado el equipo de Gregorio Manzano desde el día de la lotería hasta la fecha han cortado la hemorragia que había puesto en peligro seriamente la salud del enfermo. Y así, con ese semblante, ha llegado el Sevilla a esta bellísima ciudad, San Sebastián, en la que espera que la imagen ofrecida en la Copa del Rey se haga extensiva a la Liga, el torneo que peor encarruchado lleva el cuadro nervionense en pos de luchar por sus objetivos.

Los triunfos tienen una química especial que llega a transformar a los equipos que son capaces de llegar con facilidad a ellas o que, simplemente, las obtienen. Y estas dos vertientes distintas las ha experimentado el once de Manzano en los dos partidos que lleva disputados en 2011. Uno, sufriendo y mostrando muchas dudas como ante Osasuna en Nervión; y otro, ofreciendo una muestra de solvencia y saber estar en La Rosaleda frente al Málaga en esa vuelta copera que tanto respeto, por no decir miedo, insuflaba en el sevillismo. Pero las dos, al fin y al cabo, valen lo mismo y hoy el Sevilla ve las cosas de distinta manera. Hay otra alegría en el ambiente y las noticias buenas también empiezan a tener su sitio en el vestuario. La vuelta de Jesús Navas, la recuperación definitiva para el fútbol de Sergio Sánchez, el regreso de la mejor versión de Luis Fabiano, de Perotti, de Renato, el hecho de haber dejado la portería a cero en los dos últimos encuentros... todas estas cosas forman un cúmulo de circunstancias positivas que ayudan a que la recuperación sea un hecho y que se dispare la autoconfianza de un equipo al que no se le puede negar que tiene más calidad que la mayoría de sus competidores. Ahora bien, como acertadamente avisaba ayer Manzano, creerse que todo está solucionado es la mejor manera de asomarse otra vez al pozo y volver a caer.

En el otro rincón, precisamente, está un equipo que ha hecho el camino inverso de los sevillistas. La Real Sociedad acumula tres derrotas consecutivas, pero, ojo, no puede compararse el momento que atraviesa el cuadro de Martín Lasarte con la crisis que aún está fresca en el Sevilla. De esas tres derrotas hay que marcar en rojo que una fue en el Nou Camp (5-0), que otra fue con el Valencia en el último minuto (1-2) y es cierto que la última sí hizo sangre al ser ante el entonces colista Zaragoza y también al final (2-1), pero lo que anteriormente habían hecho los guipuzcoanos había sido ganar con claridad (2-0) nada menos que el derbi vasco ante ese Athletic que no se dejó ganar por el Barça en ninguno de los dos partidos de Copa y marcar el paso en El Molinón (1-3), un escenario en el que Manzano saboreó la derrota por primera vez como entrenador del Sevilla ofreciendo los blancos una de las imágenes más tristes y flojas del campeonato.

Por eso las confianzas son malas y el de Bailén no las quiere en el ambiente húmedo, ventoso y desapacible que respira la expedición sevillista que descansa desde la tarde-noche de ayer en el hotel Aranzazu, en una zona algo apartada de la playa de la Concha y el centro vivo de Donostia, pero a cinco minutos de la de Ondarreta. Así, repetir lo mismo que hasta ahora y defender con la línea adelantada como lo hizo en Madrid o en Málaga debe ser una parte importante de esa lista de tareas por hacer hoy en Anoeta.

Por acumulación de amonestaciones, Zokora es la única baja en el actual esquema. Jesús Navas ha confirmado de viva voz su presencia cuando su imagen pidiendo el cambio en Málaga llevó la inquietud a sus fieles y el resto, incluidos Kanoute, Luis Fabiano o Perotti, están en perfecto estado de revista. Lo que pasa es que el miércoles está aquí mismo y la posibilidad de entrar en semifinales de Copa es un bocado ya apetecible a estas alturas. Nada asegura desde luego que Manzano vaya a reservar a gente y puede decirse que no lo hará porque la situación liguera del Sevilla no admite concesiones, pero sí que repartirá los minutos en algunos puestos. En este sentido, parece medianamente claro que Kanoute tiene una plaza fija como enganche porque Renato tendrá que retrasar su posición. La duda estriba en qué central descansará y si los 90 minutos de Luis Fabiano hace sólo tres días tendrán continuidad para que vaya cogiendo tono o será la oportunidad para Negredo. Cualquiera de las dos opciones debe valer para este Sevilla que, con la química de los triunfos, está enderezando el rumbo y que debe terminar de hacerlo en la Liga, que hasta las diez de la noche de hoy es lo único y lo que más importa.

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