La llegada de Elmer Bennett a Sevilla se produjo ayer, aunque no sin sobresaltos, ya que un inesperado retraso producido en el vuelo que lo traía desde Chicago hasta España evitó que arribara en San Pablo a media mañana, como estaba previsto en un principio. El base norteamericano llegó finalmente a primera hora de la tarde -este contratiempo provocó que su presentación fuera desconvocada-, con el tiempo justo para pasar las primeras pruebas del preceptivo reconocimiento médico y para estar presente en el entrenamiento vespertino, el cual fue retrasado por Rubén Magnano para que la nueva incorporación fuera partícipe.

Este detalle demuestra el papel vital que Bennett está llamado a desempeñar en este Cajasol herido, tan necesitado urgentemente de victorias y de un jugador con la calidad y la experiencia en la ACB suficientes para liderar al grupo. "No llego como un salvador, sino para ser uno más en el grupo. Sí es cierto que, por mis años en la ACB, me he ganado el respeto de la gente dentro de la liga, y, seguramente, ese factor puede ser de gran ayuda al equipo en estos momentos tan delicados", fueron las primeras palabras (remitidas por el gabinete de prensa del club) del base de Evanston, de 37 años, quien se cree capaz de "aportar cosas al colectivo, tanto en la cancha como dentro del vestuario".

No cabe duda de que más antes que después, Bennett impondrá su autoridad en el equipo: "Ser base implica mandar en el campo. También trataré de ser un referente para mis compañeros en la cancha. En definitiva, ser un segundo técnico sobre la pista. Pienso que estoy capacitado para conseguirlo y espero con ello ayudar al equipo a cambiar su dinámica negativa".

Tras nueve temporadas consecutivas en la ACB, periodo en el que se convirtió, sin discusión alguna, en uno de los mejores bases de la competición, Bennett afronta un desafío nuevo para él: eludir los puestos bajos de la clasficación. "Estoy muy contento por reencontrarme con esta gran liga", sentenció el nuevo jugador cajista, quien coincidió con Betts en el Tau y en el Joventut, y con Bueno en el Real Madrid. Lo que más le urge, desde luego, es acoplarse a los sistemas del equipo y coger un adecuado tono físico: "Desde el verano, he estado entrenando por mi cuenta, pero, desde luego, ese tipo de ejercicio nada tiene que ver con hacerlo con un equipo. De todas formas, espero coger pronto el ritmo de competición para poder ayudar al máximo y demostrar que aún tengo cuerda para rato".

Su debut, si nada extraño ocurre, se producirá mañana en San Pablo ante el Real Madrid, el último equipo al que se enfrentó en la temporada pasada, en la semifinal de los play off por el título que enfrentó a los blancos, a la postre campeones, con el Joventut.