rijeka · la crónica

El respiro del campeón (1-0)

  • El Sevilla sigue adelante en la defensa del título de la Liga Europa tras limitarse a cumplir el trámite contra el Rijeka. Los blancos sólo padecen en el arranque del segundo periodo.

El Sevilla continúa adelante en su defensa del título de campeón de la Liga Europa después de superar al Rijeka en un partido que los hombres de Emery afrontaron con suma seriedad para ir dejándose ir con posterioridad. Fue un respiro para el poseedor de la corona, una noche de esas que hay que pasar en el calendario y que lo mejor que puede suceder es que no se encone. Eso ya sucedió en el curso anterior más o menos por estas mismas fechas cuando el visitante fue el modesto Racing de Santander en la Copa del Rey y, aunque no se trate de la misma competición, ya era un aviso serio para los blanquirrojos de lo que puede acontecer si no se le otorga toda la trascendencia que requiere a una cita así. No sucedió en esta ocasión y ni siquiera estuvo cerca de ello por mucho que el arranque del segundo periodo sí pudiera inducir a pensar que aquello se podía torcer.

Pero Emery estuvo hábil a la hora de ordenar las sustituciones y realizó un cambio de lo más impopular, pero que fue definitivo para que los suyos dejaran de padecer por la incertidumbre de poder encajar un gol en contra. Arribas entra en el campo en lugar de Denis Suárez, es verdad que es una permuta que no le suena muy bien a los amantes del espectáculo. Más aún si el gallego había sido el autor del único gol que se contabilizaría en toda la noche y que incluso tal vez hubiera sido uno de los futbolistas más destacados durante el primer periodo. Pero el fútbol exige decisiones muchas veces que no son bien aceptadas por la grada y el técnico guipuzcoano tuvo muy claro que su equipo demandaba a gritos que el centro del campo fuera fortalecido. Así fue. Con Carriço como escudero de Mbia y de Banega, los riesgos desaparecieron de manera casi definitiva y el Rijeka ya sólo inquietó en un saque largo de su guardameta que pilló a Pareja demasiado desprotegido. Es verdad que también contribuyó que Gameiro ayudara muchísimo más que Bacca cuando lo reemplazó instantes después, pero el acierto del hombre que adiestra a este Sevilla fue indudable cuando decretó que Arribas entrara en el campo en lugar de Denis Suárez.

Claro que era normal que se escucharan algunos silbidos, incluso que el propio Denis Suárez se fuera con una carita de malhumor más que justificada. El benjamín de la plantilla había sido uno de los que mejor funcionaron en un arranque más que prometedor del equipo e incluso tuvo la habilidad para reivindicarse con un gol de auténtica clase. Penetración por el centro con la pierna derecha y casi un penalti en movimiento con la pierna para evidenciar la extraordinaria calidad técnica que atesora. Gritos en la celebración, pero sin sonreír en ningún momento, como si quisiera evidenciar que su estado de ánimo no es el mejor desde que aterrizara en Sevilla.

Pero Denis Suárez sí supo hacer en esta ocasión su trabajo de manera sobresaliente. Lo hacía, además, en un Sevilla que lanzaba Banega desde muy atrás, casi incrustado entre la pareja de centrales, y que se aprovechaba de la gran movilidad de su línea de mediapuntas. Reyes, Vitolo y el propio Denis Suárez aparecían por cualquier zona del campo para destrozar el planteamiento inicial del Rijeka, mientras que las bandas eran monopolizadas por los dos laterales. El cuadro nervionense ya avisaba en el primer minuto y no se ponía por delante porque Vitolo no llegó a controlar uno de esos balones que Pareja pone de manera perfecta por detrás de las defensas rivales. Cinco minutos después, el propio Denis Suárez también disponía de un disparo franco después de una gran jugada colectiva de todos los suyos.

El monólogo del Sevilla en esa fase fue absoluto, pues la pelota le pertenecía siempre y cuando la perdía la recuperaba con celeridad gracias a la presión que ejercían todos sus hombres. Resultaba llamativo ver a Reyes, Banega, Vitolo e incluso a Bacca pelear por quitarle el esférico al rival en una zona muy adelantada, cerca de los dominios de Vargic. Más de una vez lo lograron y se convirtieron en ocasiones de gol que eran malogradas por algún mal último pase. Hasta que llegó el tanto de Denis Suárez y el Sevilla pensó que era hora de esperar a que el Rijeka se desprotegiera si quería optar al empate. Craso error, los croatas siguieron con su plan inicial y dejaron tocar a Carriço, Pareja y Banega atrás sin ir jamás a la presión. Hasta la recta final del primer periodo, por tanto, no tendría el Sevilla algunas oportunidades para haber sentenciado.

No lo hizo y estaba claro que en algún momento del juego podía llegar a sufrir, aunque viendo el desarrollo del primer acto fuera imposible vaticinar que así sería. Pero el cansancio de los mediapuntas condujo a los locales a perder más balones de la cuenta y a no recuperarlos. El Rijeka le dio tres buenos sustos a un Beto que tuvo incluso que lucirse en un disparo de Krvzic en un error de Denis Suárez.

Emery no aguantó más, recompuso al equipo y desde entonces el campeón ya comenzó a sentirse seguro. El juego viró para que todo sucediera en la parcela del campo croata. El Sevilla se había repuesto del susto gracias a la receta aplicada por Emery y la noche volvió a ser plácida, un respiro en una de esas obligaciones del calendario en el frío diciembre. ¿Segundo de grupo? Y qué más da teniendo en cuenta que el primero se podía cruzar con Liverpool, Roma o Tottenham, por citar sólo a tres de los gallitos.

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