Sevilla | tenerife · la previa

La resurrección no puede esperar más

  • Delicado El Sevilla, obligado a recuperar la fe en su fútbol este sábado ante el Tenerife para cortar la mala racha y buscar la plaza de Champions Expectativas Álvarez ya ha dispuesto de un tiempo prudencial para que el giro sea un hecho

Nervión necesita un Sábado de Resurrección, no cabe otra cuando son ya ocho, nada menos que ocho, los partidos oficiales que el Sevilla encadena sin ganar. Urge que en la entidad blanca corten la hemorragia que está desangrando a su primer equipo, porque si no las consecuencias pueden der funestas para una plantilla en la que cualquier jugador percibe una soldada superior al millón de euros.

Será el de este sábado el primer partido con Antonio Álvarez en el banquillo. Esto es, el primer partido desde octubre de 2007 sin Manuel Jiménez en el área técnica. No está claro si en esta ocasión es más noticioso el presente que el ausente: la marcha del arahalense, ese mayúsculo pararrayos que ha venido resistiendo los rayos que caían de la insatisfecha grada, puede desviar los gritos de desaprobación hacia el palco, como cierta tarde ante el Espanyol cuando el proyecto de Juande Ramos no terminaba de cuajar.

Del Nido sabe que el partido de este sábado encierra toda la guasa del mundo para él y su consejo, porque a los críticos con el juego del equipo, a ese ejército de sevillistas que han abanderado una exigencia extrema durante los últimos dos años y medio, se une esta vez los correligionarios de Jiménez -también los hay, claro que sí-, que no van a dudar en pedir explicaciones a los rectores del club a poco que el Sevilla de Álvarez ofrezca los mismos síntomas de debilidad que dio en Villarreal.

Para sofocar cualquier conato de plebiscito en las gradas, aparecerá por la bocana de vestuarios una figura muy familiar para el sevillismo. Los aficionados que se acerquen o sobrepasen los cuarenta años de edad, recordarán su elegancia y limpieza desde su posición de líbero, sobre todo en aquel Sevilla de Cardo; y los aficionados más jóvenes lo asociarán a la época, mucho más fresca en la memoria, de Juande Ramos. Porque Antonio Álvarez, a pesar de haber sido la mano derecha de muchos técnicos sevillistas, queda en las hemerotecas como el consejero y ayudante del entrenador de los cinco títulos en 15 meses.

Y el espíritu ganador de ese Sevilla que el propio Juande destruyó con su fuga al Tottenham es el que Álvarez quiere rescatar a marchas forzadas para devolver al equipo al carril que conduce a la Champions. La semana pasada, apenas tuvo tiempo el marchenero para dar la charlita a la plantilla, esbozar su declaración de intenciones, conformar una lista de convocados y comprobar en Villarreal que el equipo está hoy para sopita y buen vino.

Pero ya ha dispuesto el entrenador de cierto tiempo para que su mano se vaya notando. Ha trabajado durante toda esta semana, y con alguna sesión doble de entrenamientos, para propiciar el necesario giro. Está muy satisfecho del trabajo intersemanal de sus pupilos. O al menos así lo asegura. Desde luego, su hiperactividad ha sido palpable en las sesiones a puerta abierta, con un constante ir y venir y muchos diálogos salpicados de bromas cómplices para ganarse la confianza de un grupo que ha perdido la autoestima.

Visto lo visto en Villarreal -equipo fracturado en dos, una media incapaz de ganar la pelota y ayudar a la defensa, ritmo cansino, casi nula competitividad en definitiva-, es probable que Álvarez se decida a blindar más a su equipo en el medio para procurar cierto equilibrio, y que incluya a un medio defensivo -Lolo, Duscher, Marc Valiente- en lugar de Renato o Romaric. Está muy bien eso de recuperar la alegría, el gusto por el toque, presionar más arriba, abrir el campo, inyectar dinamismo... pero hay que discutir la posesión de la pelota como premisa para ello. ¿Cómo hacerlo? Además del retoque táctico, hay que recuperar el tono físico -hay un plan personalizado del preparador Orellana para cada jugador- y hay que recuperar la ilusión y la confianza de la plantilla. Cabeza, piernas, pizarra... todo tendrá que ver para que este Sevilla resucite cuanto antes. Como no lo haga, Del Nido va a recordar a cierta tarde ante el Espanyol.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios