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La rivalidad comenzó aquí

  • Sevilla fue testigo, en el Mundial de 1982, del origen de las rencillas entre franceses y alemanes con la patada de Schumacher a Battiston

El francés Just Fontaine metió cuatro goles a Alemania en Suecia 1958, pero la gran rivalidad franco-germana en Mundiales, que este viernes tendrá un nuevo episodio en Río de Janeiro, se originó una noche de julio de 1982 en Sevilla.

Era el minuto 62 de la semifinal del Mundial de España y el marcador estaba empatado 1-1. Patrick Battiston recibió el balón en la media luna del área alemana con el campo abierto, pero sólo tuvo tiempo de tocarlo una vez con suavidad antes de que el portero Harald Schumacher le cayera encima con una fuerza brutal.

La patada del polémico portero alemán ni siquiera fue señalada como falta, pero Battiston tuvo que dejar el campo con una conmoción cerebral y varios dientes rotos. Alemania avanzó a la final en los penaltis después de igualar un 3-1 en la prórroga y la jugada quedó para siempre en la memoria francesa como una motivación extra.

"No soy ese malvado del que hablan", dijo Schumacher hace dos años en una entrevista con el diario Le Figaro, consciente de que en Francia tiene una imborrable imagen de villano.

A sus 57 años, Battiston olvidó ya aquel episodio que frustró a una de las grandes generaciones del fútbol francés, pero continúa mirando con cierta desconfianza al otro protagonista de la historia, el ex guardameta alemán.

"Lo vi en televisión hace un tiempo. Vi que todavía existe", ironizó en una entrevista por radio el francés, que aseveró que no se sentaría con el alemán a ver el viernes la cuarta edición mundialista del clásico europeo. "Prefiero verlo tranquilo con mis hijos. No, no, seguro que no", aseguró Battiston.

Aquella derrota fue la primera de las dos grandes decepciones del talentoso equipo galo de Michel Platini, Manuel Amoros y Alain Giresse, que cuatro años después volvería a perder en semifinales con Alemania.

En México, sin embargo, los bleus, agotados tras unos durísimos cuartos de final con penaltis incluidos ante Brasil, cayeron sin paliativos por 2-0. Andreas Brehme y Rudi Völler anotaron en Guadalajara los goles del equipo que por entonces adiestraba Franz Beckenbauer.

Aquellos míticos duelos, sin embargo, parecen estar tan lejos de la memoria de los actuales futbolistas como el 6-3 con el Francia se impuso a Alemania en su primer duelo mundialista, cuando cuatro goles de Just Fontaine dieron el triunfo en el partido por el tercer y cuarto puesto a los galos en Suecia 1958.

"La mayoría de los jugadores ni siquiera habían nacido. ¿Qué les voy a contar? Yo tenía tan sólo 14 años", aseguró ayer el seleccionador de Francia, Didier Deschamps, capitán del equipo que en 1998 levantó la única Copa del Mundo de los bleus.

Así, en los 25 partidos que se han visto las caras ambos combinados, Francia venció en 11 ocasiones, concedió el empate seis veces y perdió ocho, pero Alemania supera a los galos en la estadística más importante, la de estrellas de campeones del mundo que lucen en su camiseta. Tres de los alemanes por una francesa.

La última vez que se enfrentaron, el 6 de febrero del pasado 2013, el equipo dirigido por Joachim Löw se impuso a los franceses en París por un ajustado 1-2, con goles de Thomas Müller y el madridista Sami Khedira.

El próximo capítulo de esta mítica saga francogermana se escribirá este viernes a partir de las 18:00, con el mítico estadio de Maracaná como testigo y tiene como premio, nada más y nada menos, que el billete para semifinales de un Mundial.

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