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El sacrificio como motor para alcanzar nuevas metas

  • Carlos Pardo, un joven apasionado por el deporte, es remero y compite en carreras populares desde hace más de diez años

Carlos Pardo, junto a su padre tras completar la maratón de Sevilla

Carlos Pardo, junto a su padre tras completar la maratón de Sevilla / MG

Más de la mitad de su vida lleva Carlos Pardo (16-4-98) dedicándose al deporte, ya sea de manera más profesional o como simple aficionado. Si hablamos de alguno en concreto, su vida ha girado en torno al remo, aunque hoy en día es sabedor de la dificultad que tiene dedicarse a un deporte profesionalmente si quieres ser alguien, y por eso empezó hace unos años a compaginarlo con las carreras populares o medias maratones que complementasen sus enormes ganas de seguir ligado al deporte durante toda la vida.

Empezó jugando al baloncesto, pero la mala fortuna se cebó con el y sus dos talones dijeron basta. Dicha lesión le hizo introducirse en el mundo acuático mediante el waterpolo, pero el hecho de que todos sus amigos de la infancia habían optado por el remo, le hizo cambiar de opinión y siguió los pasos de sus compañeros. Más de ocho años después, Carlos es el único de todos sus amigos que aún continúa en remo.Y si lo hace es porque este deporte le enamoró, apoyado por sus amigos más cercanos, su padre, con quien comparte otros retos deportivos y la siempre presencia incondicional de su madre lo han convertido en un gran deportista que no se cierra puertas.

Para él lo más importante y, a la vez gratificante, es sentir la sensación de vacío cuando acaba una competición y notar que lo ha dado todo. “Esa sensación de llegar a tu casa y sentir que estás vacío de haber dado todo lo que tienes es lo mejor”, declaró.

Con tan sólo 9 años corrió su primera San Silvestre con su padre, donde empezó todo. Desde ahí padre e hijo han ido de la mano en muchos retos ambiciosos, entre ellos la maratón de Sevilla o los 101 km de la Legión, en Ronda.

La localidad malagueña, conocida para Carlos, era el lugar idóneo para aventurarse junto a su progenitor a la aventura de los 101 km, algo que ambos siempre habían querido que sucediese cuando alcanzase la mayoría de edad. Con 18 no pudo cumplirlo por diversos motivos y fue finalmente con 20 años cuando completó, con un tiempode 22:56 horas, esta dura carrera.

Tras haber sido campeón de España en remo y subcampeón en varias ocasiones en diferentes categorías, Carlos Pardo era conocedor de que después de haberle dedicado tantísimo tiempo al remo tenía ganas de probar cosas nuevas que no llegasen a un nivel tan alto de exigencia para poder disfrutar más tranquilo de su pasión, hacer deporte. “Es muy sacrificado hacer un deporte minoritario estando al máximo nivel, te expones a dejar de lado o tu carrera o a tus amigos de toda la vida”, explica Pardo.

Este joven atleta ya planea en un futuro próximo dar el salto al triatlón y seguir probando experiencias nuevas que le atraigan, mientras que sus objetivos más cercanos son la media maratón de Los Palacios y la de Sevilla sumadas a la maratón de Roma y también la de Sevilla, al igual que correr de nuevo los 101 km de Ronda. Un deportista siempre quiere nuevos retos. “Una de las cosas que más me engancha del deporte es todo lo que gira en torno a él, la constancia, todos los valores que representa y, sobre todo, el sacrificio. Me encanta terminar y ver que no me queda nada más”, argumenta.

Su pasión lo ha llevado hasta aquí pero sabe que la disciplina que ha tenido durante toda su vida le ayudará en cualquier aspecto futuro. “La disciplina que te otorga un deporte es esencial y aplicable en cualquier aspecto de la vida, ya sea en el trabajo o en las relaciones personales. No me arrepiento de nada en mi vida”, concluyó Carlos Pardo, al que sólo le queda mirar hacia adelante para continuar con todos sus retos ligados al deporte.

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