Cuartos de final · semblanza

La sensación del torneo

  • El mediapunta ruso Arshavin dio toda una exhibición frente a Holanda y ahora los aficionados se preguntan quién es este pequeño atacante veloz y desequilibrante

Error u olvido, en el programa oficial no se lo menciona entre las posibles figuras de la Eurocopa 2008. Pero Andrei Arshavin, en 210 minutos de juego, ha demostrado ser el as guardado en la manga por el seleccionador de Rusia, Guus Hiddink, y la mayor revelación hasta ahora en el certamen continental.

Ausente de los dos primeros partidos por estar suspendido, el mediapunta del Zenit San Petersburgo se erigió en figura excluyente en las victorias frente a Suecia y Holanda, que depositaron a Rusia en semifinales del torneo. Marcó dos goles y dio dos asistencias, y en ambos encuentros fue elegido por la UEFA como jugador del partido.

"Es el futbolista más inteligente que he visto jamás", lo describió Hiddink, quien como buen holandés sabe de qué se trata el talento y el fútbol ofensivo. Y Arshavin tiene talento de sobra.

Arshavin, de 27 años, condujo al Zenit a la gran vidriera europea al obtener la última Copa de la UEFA. Y lo hizo basado en sus dos principales virtudes, las que ya lo han convertido en la principal sensación de Austria y Suiza 2008: exquisita técnica y gran velocidad. A ello, el número diez ruso le agrega capacidad de definición, como la que exhibió en la noche del sábado en Basilea al tocar el balón por entre las piernas del experimentado portero holandés Edwin van der Sar para sellar el 3-1. No por nada lleva marcados 13 goles en 36 presentaciones internacionales, y 47 en 217 partidos con el Zenit.

Además, su gran visión de juego le permite generar incontables ocasiones de gol para sus compañeros, como la que derivó en el segundo gol ante los holandeses: Arshavin desairó a Ooijer por la derecha y sacó un centro llovido que dejó sin posibilidades a Van der Sar y fue conectado por Dmitri Torbinski debajo de la línea de meta.

La lesión de su compañero en el Zenit Pavel Pogrebnyak hizo que Hiddink mandara a Arshavin unos metros más adelante de lo habitual, para hacer tándem con el goleador Roman Pavlyuchenko, y entre ambos conforman ya una de las parejas de ataque más letales de la Eurocopa 2008.

El punto flojo del mediapunta ha sido hasta hace poco tiempo cierta fragilidad física, que no le permitía estar a la altura de sus antecedentes en los partidos más bravos, los decisivos. Si el diez ruso logra no desconectarse y tiene una noche inspirada en Viena en la semifinal del jueves, nada le impedirá a Rusia a que aspire a convertirse en la nueva Grecia, sólo que por la vía inversa: fútbol de ataque y el talento excluyente de Arshavin. Una joya del fútbol ruso que no tardará en viajar a una de las grandes ligas.

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