Fútbol l Segunda División B

Tanta solvencia no es casual

  • El filial bético vuelve a dejar la portería imbatida y vence con rotundidad al Ejido

990 minutos sin encajar un gol como local, 11 partidos sin conocer la derrota en la ciudad deportiva y una seriedad táctica impropia de un conjunto filial. El rendimiento del Betis B como local no debe sorprender a nadie pero sí debe invitar a la reflexión, ya que a saber dónde estaría este equipo en caso de mejorar mínimamente su rendimiento lejos de Sevilla.

Lo de ayer no fue más que la repetición de un guión que se lleva repitiendo desde octubre cada quince días. En esta ocasión visitaba la ciudad deportiva un Polideportivo Ejido situado en puestos de ascenso, que pronto se vio desbordado por la salida en tromba de los de Oli. Y es que la solvencia defensiva del equipo no se basa en la actuación de los hombres de la retaguardia, que también llevan realizando unos muy buenos partidos, sino en una presión muy adelantada y la labor de Beñat, Damián y Cañas, tres hombres capaces tanto de destruir como de generar fútbol, solidarios en el esfuerzo y sobradamente dotados para repartir juego.

A los cinco minutos, Valle ya había realizado tres paradas de mérito a Damián, Ezequiel y Cañas. Los centrocampistas se movían constantemente sin perder el orden, Manu Gavilán fijaba a los centrales y Ezequiel e Israel volvían locos a los laterales del conjunto ejidense.

Tanto dominio tuvo su justo premio a los 25 minutos, cuando Israel fue derribado tras una gran jugada, el árbitro concedió la ley de la ventaja y Toni sirvió a Cañas para que este adelantara al cuadro verdiblanco. El Betis ponía el 1-0 en el marcador cuando el Ejido aún no había tirado a puerta. Manu Gavilán pudo dejar finiquitado el encuentro cuando tras una gran jugada personal falló el mano a mano ante Valle en lo que podía haber sido la sentencia. Iglesias Villanueva señaló el final de la primera parte y en las gradas de la ciudad deportiva flotaba una duda: ¿Cuál de los dos equipos está luchando por ascender?

El Betis arrancó la segunda mitad atacando aunque El Ejido mejoró su rendimiento. Israel pudo marcar y Toni tuvo que sacar bajo palos un tiro de Katxorro. Ezequiel fue sustituido con molestias en la espalda y los de Oli se limitaron a mantenerse ordenados, lanzando contragolpes y aprovechando que el conjunto ejidense se fue arriba, aunque no gozaba de ocasiones francas.

En la recta final del encuentro Israel forzó un penalti que supuso la expulsión de Arbilla. Toni fue el encargado de ejecutarlo pero Valle consiguió atajar el disparo. Lejos de aparecer los nervios, el Betis B mantuvo la calma y esperó a una jugada de pillo de Eloy para marcar el definitivo 2-0 en el 86. En los minutos finales el filial bético se gustó, forzó las amarillas de Toni y Damián para que cumplieran ciclo y defendió una cesión de Juan Calahorro a Razak como si la vida fuera en ello. Si el rendimiento lejos de la ciudad deportiva bética se pareciera sólo un poco al mostrado en casa...

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