Fútbol l Liga Adelante

El tópico vuelve a cumplirse

  • El Sevilla Atlético perdonó las oportunidades que gozó en la primera mitad y acabó pagándolo ante un acertado Las Palmas · El ex sevillista Marcos Márquez volvió a ser el artífice de la victoria canaria

Por mucho que suene a tópico futbolístico, el que perdona acaba pagándolo. Y no es que el Sevilla Atlético hiciera un partido espectacular ante Las Palmas, pero en una la Liga Adelante tan igualada es poco menos que suicidarse desaprovechar las ocasiones de las que se dispone. Los canarios no lo hicieron y se llevaron los puntos.

Con Fermín Galeote en las gradas del estadio Insular tras ser expulsado la pasada jornada en el partido ante la Real Sociedad, los sevillistas arrancaron con la intención de hacerse con la manija del centro del campo.

La mejora de la imagen ofrecida en los últimos encuentros volvió a ser patente. Muestra de ello fue que, seguros atrás, hasta seis jugadores se animaban a incorporarse al ataque.

Con Cordero como dueño y señor de la medular, el filial fue el primero en visitar las inmediaciones de Santamaría. Pukki, fallón durante el choque, desperdiciaba con mansos remates las llegadas de más peligro para deshacer el 0-0. Mientras, no había noticias de los canarios, que se limitaban a defender con la música de viento proveniente de la afición local azotando en sus oídos.

Pasaban los minutos y no se atisbaba peligro alguno en los dos marcos. Sólo un claro remate de Cala a la salida de un córner puso en apuros a Santamaría. Esto hizo despertar a los locales.

El ex sevillista Pablo Sánchez puso su motor a carburar y, con un par de internadas por banda, equilibró las fuerzas. Eran los últimos minutos de la primera parte. Disponía de varios córners el equipo de Juan Manuel Rodríguez, y en uno de ellos José Carlos tenía que sacar bajo la línea de meta un remate de los amarillos.

Agradecido por los de Galeote fue el pitido arbitral que señalaba el camino a vestuarios, ya que Vargas veía cada vez más de cerca cómo se acercaba el peligro.

Desapareció el filial tras la reanudación, adormilado. Y los locales lo aprovecharon. Mientras se desinflaba la imagen sevillista, se inflaba el papel de todo un especialista en el arte del gol. Otro ex sevillista, Marcos Márquez, ajustó su punto de mira y puso el balón en la red en su primera aparición. El matador se erigía de nuevo en héroe. Y más se agrandó su figura. Segundo balón en sus pies, 2-0 y victoria en el bolsillo.

El arreón final sevillista, con ganas pero sin ideas, para nada valió. No es momento de obsesionarse con la clasificación, aún queda mucho tiempo por delante.

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