Si el año pasado el tiempo corrió en contra del Cajasol en cuanto a la planificación del proyecto -el director deportivo, el entrenador y los jugadores llegaron tarde, y muchos, incluido Magnano, sin conocer la ACB-, ahora, con la permanencia en las manos, no debe ser un impedimento para corregir los errores cometidos y formar un proyecto con el que no pasar tantos apuros como en los últimos años.

Los tres próximos encuentros de Liga deben servir para sellar la salvación y cimentar las bases del nuevo Cajasol, lo que hay que mantener y de lo que se debe prescindir, por lo que el partido del sábado (20:30) con el Tau debe servir para sellar la salvación y cimentar el nuevo Cajasol.

Comas no lanzaba las campanas al vuelo tras el triunfo ante el CB Granada, pues todavía una carambola casi imposible metería en líos a los sevillanos. Las matemáticas no fallan, y un triple empate con Estudiantes y ViveMenorca sería fatal para los de San Pablo. Eso contando que Granada y Valladolid, que tienen una recta final nada fácil, ganaran al menos dos encuentros. Total, que el trabajo parece hecho ya. Incluso el presidente del club, Juan Carlos Ollero, se ha mostrado cauto al recordar que la tranquilidad pasa por obtener un triunfo más -situarse con 13- en el tramo final liguero para evitar una posible coincidencia de resultados: "Es cierto que dimos un paso importantísimo venciendo al Granada, pero quedan tres partidos y tenemos que tratar de seguir dando la talla como respuesta al gran apoyo que nos ofreció la afición. Estamos completando una buena segunda vuelta y hay que intentar coronar la faena. Nos enfrentaremos a tres grandes rivales, pero tenemos que intentar abundar en la progresión deportiva experimentada, sobre todo a partir de la segunda vuelta liguera, donde el balance de victorias y derrotas nos favorece", afirmó el máximo mandatario de la entidad.

Y ese balance puede seguir mejorando este mismo sábado. El Tau juega mañana con el Pamesa el choque liguero adelantado de la jornada 33. Los vitorianos, de ganar, asegurarían la cuarta plaza -sólo los valencianos podrían igualar su número de triunfos y perderían el básket average- y desde el jueves se centraría en la Final Four que disputarán el primer fin de semana de mayo.

El equipo suma dos triunfos consecutivos, y otra vez está a una victoria de encadenar tres por primera vez en toda la temporada. Un salto cualitativo que permitiría a los cajistas luchar incluso por la décima posición, una forma perfecta que maquillar otra decepcionante temporada.

Los males del cuadro hispalense son conocidos. Siempre se ha sustentado en un cuatro cuyo juego prepondere sobre el del resto. Con eso, algún refuerzo para el interior, un base con dotes de mando -o uno de garantías que releve a Bennett, que podría ampliar su contrato un año más- y lo que ya hay -un Miso al que las lesiones le respeten, la obligada renovación de Ignerski y la continuidad de Ellis-, el Cajasol ofrecería nuevas prestaciones que seguro harían olvidar el sufrimiento de las últimas temporadas. Ahora es el momento de ponerse las pilas para no hacer después las cosas con prisas y corriendo. Los resultados de la planificación, a la vista están.