Natación l Campeonato de Europa

El traje de los récords

  • La empresa Speedo ha diseñado un bañador con el que los nadadores lograron batir numerosas plusmarcas mundiales

Desde que los atletas ya no compiten descalzos ni los nadadores desnudos, la tecnología es clave en el deporte. El último ejemplo es el traje Speedo LZR Racer, que está provocando una cascada de récords y una división de la natación en castas. "Es increíble lo que este traje puede hacer. Es increíble llevarlo en el agua, uno se siente muy ceñido y aerodinámico". Palabras de la australiana Stephanie Rice, que ayer en Sidney, vestida con el traje de los récords, batió la plusmarca de 200 metros estilos tres días después de rebajar la marca de los 400 en la misma especialidad. Rice mejoró en 2,5 segundos y en casi seis, respectivamente, sus anteriores registros en las dos distancias. Una enormidad. Si no fuera por el traje, haría pensar en el dopaje.

Un caso similar es el del francés Alain Bernard en los campeonatos europeos de Eindhoven. Con el mismo traje sorprendió al batir los récords mundiales de 100 y 50 metros libres. Antes del sábado, su mejor marca en los 100 era de 48,12 segundos. En Holanda hizo 47,50. Un total de 13 récords del mundo se han batido con el Speedo LZR Racer, a la espera de que su más prominente percha, la del estadounidense Michael Phelps, caliente de cara a los Juegos de Pekín.

Pero el traje, generado con tecnología de la NASA, sin costuras y con una menor resistencia al agua, está generando una división entre quienes lo llevan y quienes no. Claude Fauquet, director técnico de la Federación Francesa de Natación, cree que el asunto "merece un debate real, merece que sea analizado por un comité ético". Y eso que su chico, Bernard, es uno de los beneficiados, aunque la federación tiene contrato con Arena.

La FINA (Federación Internacional de Natación), que aprobó el traje, estudiará el asunto en Manchester, durante el Europeo de piscina corta el próximo mes. "Tenemos que revisarlo, pero no hay un test científico que diga que el traje favorece el rendimiento", dijo Cornel Marculescu, director ejecutivo de la FINA.

Los dirigentes de la firma Speedo sí están seguros de lo que aporta el traje de una pieza, que reduce la oscilación de los músculos y la vibración de la piel. "Sin duda, hace a los nadadores más rápidos, es el traje más rápido del mundo", dice Rob Davies, manager general de Speedo en Australia.

La tecnología avanza de manera imparable y desde hace décadas ayuda a los deportistas a superar las marcas, junto a la profesionalización y el desarrollo de los entrenamientos.

Roger Federer no juega con la misma raqueta que Rod Laver, Kimi Raikkonen no corre con el mismo coche que Juan Manuel Fangio ni Bode Miller desciende con los esquíes de Ingemar Stenmark. "No podemos nadar con trajes de madera", replica el jefe del equipo australiano, Alan Thompson.

Pero el asunto es otro y tiene que ver con la discriminación y la división en clases de los nadadores. Y no porque el traje sea caro, sino porque los atletas y federaciones tienen contratos con otras firmas, que buscarán igualar al Speedo LZR Racer. "Todo esto nos debería llevar a preguntarnos qué futuro de la natación tendremos si las posibilidades tecnológicas hacen que los trajes tengan cada vez más influencia en el rendimiento", asegura Fauquet.

"La natación siempre fue muy pura, en el sentido de que era una persona contra otra, pero cuando se crea una situación en la que algunos tienen una superioridad tecnológica respecto a otros por el equipamiento, creo que eso va en contra de lo que hace nuestro deporte maravilloso", lamentó hoy Kieren Perkins, doble campeón olímpico en 1992 y 1996.

La FINA quiere igualar las condiciones para luchar por los récords del futuro. "La prioridad número uno es que todos los trajes estén disponibles para todos. Cualquier innovación debería estar disponible para todos", señaló Marculescu.

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