El berenjenal que hay en el Real Madrid a cuenta del entrenador está llegando a unas cotas exageradas. Desde la salida de Messina durante la temporada y tras el fracaso de su ayudante Molin pilotando la nave hasta el final de curso, con dos sonados batacazos en la Final Four de la Euroliga y en la semifinal de la ACB frente al Bilbao Básket, Florentino Pérez ha decidido bajar el presupuesto de la sección y los responsables de la parcela de la canasta se afanan en hacerle llegar los nombres de los técnicos más interesantes.

Ha sido esperpéntico que el club blanco negociara unas cantidades la semana pasada con el croata Jasmin Repesa y después abortara la operación por dispararse el gasto de esta partida. La idea de los blancos era tomar una decisión hoy o quizás a lo largo de la semana para comenzar a planificar. Ayer se dispararon los rumores cuando en alguna web se publicó que Zan Tabak estaba por las oficinas del club blanco. El ex ayudante cajista se pasó por allí como integrante del equipo de veteranos del Madrid, no por cuestiones relacionadas con el futuro del banquillo.

El nerviosismo es brutal para conocer quién dirigirá los entrenamientos y los partidos la campaña venidera. La lista ha quedado en tres aspirantes: el propio Repesa con un salario menor al acordado hace unos días; Svetislav Pesic, que sigue sin equipo y al que ayer se le cerró otra puerta, la del Baskonia tras la continuidad de Dusko Ivanovic, y Salva Maldonado, que cuenta en la quiniela, aunque seguramente con algo menos de opciones que los otros dos colegas de profesión.

Si así fuera, estaría ya descartado Joan Plaza, en el caso de que el entrenador del Cajasol hubiera contado ciertamente con el beneplácito de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, los hombres de confianza de Florentino Pérez en los asuntos relacionados con el baloncesto, para entrar en la nómina de aspirantes.

En el Madrid deberán deshojar la margarita entre estos tres entrenadores, aunque también haya sonado con fuerza durante el fin de semana el ex madridista Sasha Djordjevic. En el Cajasol siempre han estado tranquilos y han esperado con los brazos cruzados a expensas de qué deparaban los acontecimientos. Desde luego, en el club sevillano daban por hecho hasta hace algunas semanas que el proyecto estaría en manos de Joan Plaza, dado que aún le queda otro año de contrato, pero han empezado a surgir dudas razonables en un sector de la directiva por los continuos devaneos del badalonés con clubes de mayor presupuesto, aunque verdaderamente no se haya atisbado que su marcha sería un hecho.