Luz, cámara, acción... Cuando el clásico del domingo entre el Barcelona y el Real Madrid comience, buena parte de los focos se dirigirán hacia Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, todavía con una cuenta pendiente por saldar este año: el Balón de Oro.

Será el último partido que reúna a ambos antes de anunciarse quién se lleva el galardón al mejor jugador del año. Y no hay mejor escenario para captar el "voto de los indecisos", si es que todavía los hay, que el estadio Camp Nou y las miradas de miles de espectadores.

Ambos futbolistas llegan al duelo con una estadísticas sólo al alcance de los elegidos. Si Messi cuenta con 10 goles y cinco asistencias esta temporada, Cristiano Ronaldo se enfrenta a él con 12 tantos en 10 encuentros de esta campaña.

Y si hubiera un "medidor de sensaciones", se podría decir que Cristiano Ronaldo equilibró en las últimas semanas la pelea individual con Messi, que quiere llevarse en enero en Zúrich su cuarto Balón de Oro consecutivo, un logro sin precedentes. Cristiano, mientras, busca el segundo en su historial.

Así, en los últimos dos partidos el portugués logró sendos hat-trick. Si el domingo fue el Deportivo de La Coruña quien sufrió la voracidad del delantero blanco, el miércoles fue el Ajax el que sucumbió ante su terrible pegada en un choque en el que volvió a marcar las diferencias tras una genial segunda parte.

Su actuación en Amsterdam fue deslumbrante y marcó tres goles tan diferentes como las virtudes que lo adornan: sentido de la oportunidad para el primero de los tantos, potencia de disparo para el segundo y calidad técnica para el tercero.

De paso, Cristiano Ronaldo consiguió su primer hat-trick en Liga de Campeones y ya suma 158 goles en 154 partidos con el Real Madrid.

Además, en los últimos tiempos se convirtió en un azote para la defensa del Barcelona. Si en abril logró el tanto del triunfo en el Camp Nou que valió una Liga, en agosto repitió éxito en la Supercopa de España ante una defensa debilitada del Barcelona.

Nadie puede decir ya que no rinde en partidos importantes, como son los clásicos.

En la otra esquina del cuadrilátero se sitúa Messi, quien ya avisó esta semana de su especial motivación para el duelo: "Hay ganas de vencer".

El argentino afronta el choque después de tres partidos sin marcar. Pero, a cambio, sirve pases de gol y ya lleva cinco esta temporada. Cada vez está más cerca de ser el delantero total, si es que no lo es ya.

"No me importa marcar, sino ser útil al equipo", explicó recientemente.

El último partido disputado en la Supercopa de España dejó una imagen interesante: Cristiano Ronaldo y Messi ni se miraron en los saludos previos al duelo mientras los árbitros recibían los saludos de ambos.

No se espera nada diferente el domingo, cuando los dos colosos del fútbol mundial vuelvan a medir fuerzas. Jugarán dos partidos en uno: el duelo colectivo y el individual, con el trofeo del Balón de Oro al fondo. La racha de goles de ambos también entrará en escena y reflejará quién de los dos llega a la cita mejor preparado, aunque los números indique que el duelo pueda ser espectacular como igualado.