Campeones de Europa buscan pasaporte olímpico para disputar los próximos Juegos de Pekín. No es un anuncio por palabras, no, sino el objetivo de dos sevillanos, Julián García-Torres e Israel Rodríguez, que desde el viernes buscarán la clasificación en el Preolímpico de voleibol de Dusseldorf, donde España tendrá que superar a Taipei, Cuba y al conjunto anfitrión, Alemania.

El reto es complicado, porque la afición germana empujará como nunca a los suyos, pero es la última oportunidad para que el actual campeón continental consiga un merecido billete que ya se la ha escapado dos veces de las manos: primero en la Copa del Mundo y después en el Preolímpico de Turquía, donde los árbitros le birlaron a España el triunfo para regalárselo a Serbia. "Teníamos el partido definitivo encarrilado -la selección ganaba por 2-0- y acabamos perdiendo 3-2 en un tie break en el que los colegiados fueron decisivos. Hemos perdido dos oportunidades ya. Se acabaron las contemplaciones. Todos queremos estar en Pekín y demostrar por qué somos los campeones de Europa", señaló el opuesto Israel Rodríguez, que esta temporada ha debutado en la mejor liga del mundo, la Serie A italiana, con un sabor agridulce: "Estoy muy contento, ya que en mi primer año me he convertido en un jugador importante en el equipo (el Piacenza), aunque se nos han escapado dos títulos (la liga, ante el Trento, y la Champions, contra el Dínamo de Moscú). Ha sido una pena, pero la experiencia resultó positiva".

El jugador natural de Arahal ha sido el internacional que menos vacaciones ha disfrutado. Apenas un fin de semana de descanso desde que acabó el campeonato italiano, y de nuevo a los entrenamientos, esta vez con la selección. Sin embargo, el sueño de los Juegos merece la pena. "Los compañeros que estuvieron en Sidney no paran de hablar en la concentración de que es una experiencia maravillosa. Recuerdo verlos por la televisión y ya soñaba con jugar esa competición algún día. Tengo la oportunidad al alcance, y voy a pelear para que se haga realidad", afirmó el ex del Unicaja Almería, el hombre llamado a tirar del carro de un equipo del que el histórico Rafa Pascual se ha caído definitivamente: "Ha sido, es y será el mejor jugador español de todos los tiempos. Es una pena que no esté con nosotros. Me llevé un palo grande cuando supe que no estaría en la concentración. Si por mí fuese, estaría seleccionado y vendría con el número 1, lo que es".

Tampoco le han ido mal las cosas al otro sevillano del combinado nacional, Julián García-Torres, que llegó a última hora al Drac Palma -estaba en Francia- para ganar la liga española con un papel protagonista. Participar en los Juegos sería otro premio a una temporada "para recordar". "Es incomprensible que todavía no estemos clasificados. En la mayoría de deportes el campeón europeo tiene su plaza asegurada, y nosotros tenemos que seguir peleando por ello. Es incomprensible", indicó el central, que tiene analizado a sus rivales y reconoce que España debe imponer su calidad: "El primer partido será contra Cuba, un equipo peligroso y muy renovado -sólo quedan dos que disputaron el Mundial de Japón de 2006- que es siempre una incógnita. Ganar ese encuentro es clave para meter presión a Alemania y llegar al duelo con ellos dependiendo de nosotros mismos. El sábado nos toca Taipei, un rival asequible ante el que no podemos ceder ningún set. Y el domingo, la batalla final contra Alemania. A ver si no nos pasa lo mismo que con Serbia en Turquía".

El equipo del seleccionador Marcelo Méndez es, sobre el papel, favorito. Ya no es un conjunto capaz de sorprender a cualquiera, sino obligado a ganar a todos. La responsabilidad, sin embargo, "no es un lastre, sino una motivación" para coger el último tren a Pekín, asegura Rodríguez, quien confía en la base que conquistó en Rusia el Europeo, precisamente ante los anfitriones, "por lo que la presión no será un problema en Dusseldorf".