álvaro Vera rincón Nadador del Club Deportivo Máster-Huelva

Los veteranos también saben ganar medallas

Las personas que practican deporte desde pequeños adquieren unos valores de constancia, trabajo en equipo, respeto y educación. Unas lecciones de vida que Álvaro Vera conoce muy bien.

Este sevillano de 48 años empezó su andadura en el mundo de la natación con apenas cuatro, cuando se apuntó para practicar este deporte en el histórico Club Natación Sevilla. Allí creció y se formó como nadador hasta los 16 años, participando en numerosos campeonatos en los que llegó incluso a convertirse en subcampeón territorial.

Con esa edad comprobó que ya no progresaba más y tomó la decisión de dejarlo para probar suerte en otros deportes, como el piragüismo. A pesar de todo, nunca perdió su pasión por la natación y, con la aparición de los Campeonatos Máster, decidió volver a probar suerte.

Se federó en el C.D. Máster-Huelva para poder participar en los campeonatos absolutos para mayores de 25 años. "Si quiero competir tengo que apuntarme en algún club, aunque entreno por mi cuenta en Sevilla en la piscina del Sato Sport", comenta. Tuvo que tomar esta decisión después de que el Club Natación cerrase sus puertas por falta de financiación para arreglar los desperfectos que sufría. "En esa piscina se bajó por primera vez del minuto en Andalucía, pero a nadie pareció interesarle ese dato", comenta con tristeza.

Sin embargo, no todo fue malo. Gracias al club onubense, el sevillano consiguió los triunfos más importantes de su carrera: El oro en los Campeonatos de Andalucía de Invierno de Almería en diciembre de 2012, y la plata, con récord andaluz incluido en la modalidad de 50 metros braza, en los Campeonatos de España de Las Palmas: "Fueron las dos primeras medallas del club. Competí contra los mejores de España, incluso olímpicos".

Para llegar a conseguir estos títulos, Vera tiene muy claro cuáles fueron los tres pilares básicos: Una hora y media de piscina con días alternativos de musculación, una nutrición equilibrada y, por supuesto, el descanso: "Es algo obligado. Entrenando así acaba uno destrozado".

Pero no todo en este mundo es sólo éxito. El nadador hispalense sufrió dos lesiones importantes en los últimos años. Primero una en el hombro izquierdo por la que tuvieron que infiltrarle después de múltiples visitas a fisioterapeutas y médicos. "Me vino muy bien", apunta. La segunda, mucho más dura, en el hombro derecho: "Esa vez tuvieron que infiltrarme hasta tres veces". Por desgracia para él, se ha convertido en algo crónico cada vez que se exprime más de la cuenta en los entrenamientos. "Me he acostumbrado al dolor. Es una molestia típica de este deporte, debido al movimiento repetitivo que se produce en esa zona", comenta.

Y es que para un nadador, lesionarse es lo peor que puede sucederle al resultar demasiado fácil perder la forma. Pero, sin duda alguna, la peor parte es la pérdida de sensibilidad, muy importante para el contacto con el agua y para la técnica: "Tras el Campeonato de Europa en Eindhoven en septiembre pasado, donde quedé sexto en los 50 metros mariposa, tuve que pasarme dos meses sin entrenar. Fue como volver a empezar de cero".

A pesar de todo, Vera pudo, con mucho esfuerzo, volver a la piscina para realizar un entrenamiento de velocista enfocado a los Campeonatos de España del pasado 27 de junio, celebrados en Jerez, donde consiguió una medallas más para su palmarés en la modalidad de 50 metros mariposa. Un entrenamiento más eficiente, que ha mantenido de cara a la próxima cita mundialista, basado en un menor volumen de trabajo, con series cortas, pero de mayor intensidad.

El sevillano partirá rumbo a Canadá para disputar el Campeonato del Mundo en Montreal, en el que espera poder aprender de una "increíble experiencia" junto a conocidos nadadores olímpicos de todos los rincones del planeta: "En este Mundial la competencia es muy alta en mi categoría. No aspiro a nada, sólo a disfrutarlo al máximo".

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