Fútbol l Primera División

Una victoria en seis minutos

  • El Athletic remonta en la recta final del primer tiempo el gol inicial del Atlético

El Athletic sacó los colores al Atlético, al que ganó un duelo pobre, impropio de dos equipos históricos que disputaban su septuagésimo enfrentamiento liguero en Madrid, y que defraudaron, aunque fueron los visitantes los que finalmente se llevaron el valioso botín. El Atlético padece un mal endémico, crónico y que no tiene visos de solución. Es el equipo de Javier Aguirre un grupo roto atrás, con un defensa calamitosa y un centro del campo inexistente, en el que no hay circulación de balón.

No practica el Atlético la transición del esférico entre las líneas y se ahoga en los balonazos a las bandas o a las puntas, donde Forlán y Agüero no dan abasto para sacar las castañas del fuego constantemente. Se encontraron los locales, no obstante, con un rival empequeñecido en los últimos años, en los que no hace honor a su gran pasado.

El Athletic llegó con complejo al Vicente Calderón, donde había ganado sólo una vez en las últimas 17 temporadas, pero no tardó en sacudírselo al comprobar la vulnerabilidad de su enemigo en la retaguardia. De poco valió que Antonio López mandase a la red del veterano Armando un balón que centró al área con otro objetivo cuando tan sólo se habían disputado cinco minutos.

Tenía todo el Atlético para deshacerse con firmeza de un enemigo endeble, que tampoco quería la posesión de la bola, a pesar de los generosos esfuerzos de los locales.

Jugaban los de Aguirre a retazos, pero sin coordinación y con muy pocas ideas, mientras el Athletic asustaba al contragolpe porque se había deshecho ya totalmente de sus temores iniciales para enganchar un contragolpe de pizarra. Tras un córner a favor del Atlético, Javi Martinez agarró el balón muy cerca de su área y se recorrió unos sesenta metros a una velocidad endiablada, y sin que nadie le saliese al paso, para cedérselo a Susaeta que definió con maestría. El tanto fue un jarro de agua fría para el Atlético, que todavía vio cómo Llorente hacía el segundo para su equipo al rematar en fuera de juego un centro de Yeste casi en el área pequeña de Abbiati.

Nada más comenzar la segunda mitad, Raúl García vio la segunda amarilla y enfiló el camino de la ducha. El Atlético se quedaba con diez y con una misión muy complicada por delante.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios