Sevilla atlético | eibar · la crónica

La virtud de la paciencia da puntos

  • Expulsión La salida del campo de Raúl García en el primer periodo condicionó el juego del equipo armero Destacados La movilidad de Alfaro y Pablo Sánchez guió al filial blanco a una nueva victoria

Van pasando las jornadas y el filial del Sevilla no puede ser considerado como la sorpresa de la temporada. Los chicos de Fermín Galeote son una realidad palpable y su nuevo triunfo como local ante el Eibar es prueba de ello. Bien es cierto que el rival le puso el encuentro muy a su favor después de una absurda expulsión de Raúl García en el primer tiempo, pero este Sevilla Atlético, ni con los partidos de su lado, cede a la impaciencia o a la impetuosidad de sus jóvenes jugadores. Es uno de los grandes méritos del actual entrenador. Fermín Galeote, con el paso de las jornadas, ha dotado a su equipo de la paciencia necesaria para saber cuándo hay que atacar o defender. Los puntos perdidos in extremis le han servido de lección al filial.

En los primeros minutos, ambos equipos se observaban atentamente y arriesgaban muy poco. Demasiado conservadurismo en los dos bandos. Este estudio hizo que a la primera media hora le faltara el ritmo de un partido de competición, aunque en Segunda División ya se conoce que los equipos visitantes no conceden ni un metro y puntuar lejos de sus ciudades es todo un logro. El equipo franjirrojo movía la pelota de un lado a otro. Fue de los días donde el filial buscó con menos frecuencia a Juanjo, su referencia en ataque. Es muy habitual ver a Lolo -capitán del Sevilla Atlético y que el sábado debutó en Liga con el primer equipo en Riazor- lanzar en largo para que el delantero la baje de espaldas a portería y se apoye en los centrocampistas que vienen de cara. Pero la ausencia del onubense restó al conjunto local esta arma y se tuvo que dedicar a jugar al fútbol a ras de césped. Este juego es más brillante si se hace con velocidad, pero cuando se mueve de un lado a otro sin buscar paredes o uno contra uno, se convierte en inocuo.

Pero sin que nadie lo esperara, el Eibar le iba a regalar una ventaja a los nervionenses excesivamente grande. Raúl García vi dos amarillas en pocos minutos y tuvo que abandonar el terreno de juego cuando sólo se habían disputado 34 minutos. Quizá fue un castigo excesivo del colegiado, pero el centrocampista azulgrana se jugó la segunda tarjeta con una entrada en el centro del campo que no venía a cuento. Desde entonces, el Sevilla Atlético dio un paso adelante y el Eibar dos atrás. La superioridad numérica hizo que los espacios aparecieran y sólo hacía falta esperar.

La espera se prolongó hasta el minuto 62. Antes del primer gol, Armenteros tuvo una clarísima ocasión que desbarató Cuéllar con una gran parada a un disparo a bocajarro. Pero el destino tenía fijado que fuera Alfaro el que abriera la lata. Ese mediapunta de la Palma que ha recuperado su nivel del año anterior y que a no mucho tardar dará el salto a Primera División para quedarse. En el Sevilla, o en otro equipo de un nivel más mediano. Alfaro batió al portero del Eibar con un disparo cruzado tras un gran pase de Pablo Sánchez. El gaditano está de dulce y su partido de ayer fue, nuevamente, para darle la enhorabuena. Con el 1-0 las ocasiones siguieron llegando, pero no fue hasta el 82 cuando Salva Sevilla regaló a los presentes un golazo de vaselina. Una obra de arte. Todavía había tiempo para que Javi Varas se sumara al podio de protagonistas parando un penalti que él mismo cometió.

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