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¿Qué es lo que no funciona en 'Maestros de la costura'?

El jurado de 'Maestros de la costura', de i. a dcha. Alejandro Palomo, María Escoté y Caprile, con la presentadora, Raquel Sánchez Silva.

El jurado de 'Maestros de la costura', de i. a dcha. Alejandro Palomo, María Escoté y Caprile, con la presentadora, Raquel Sánchez Silva. / RTVE

Maestros de la costura, el talent show de costura de La 1, encaraba esta edición, la quinta de su historia, con el reto de superar los malos resultados de audiencia de la anterior, en 2021, objetivo que finalmente no está consiguiendo. Y eso que, en su afán por encontrar un casting atractivo, este año han mezclado a veteranos de ediciones anteriores con aspirantes anónimos.

En las seis entregas emitidas, los datos han ido desde un pobre 8,4% con 977.000 espectadores de la primera gala hasta los 1.113.000 de la cuarta entrega. En cuota, el programa más visto fue el de hace dos semanas, cuando se produjo la repesca de Borja y la expulsión de Judith, con un 10,5%, si bien hay que apuntar que el programa arrancó casi 40 minutos después de lo habitual, y, por tanto, eso favoreció la subida del share. Pero nunca ha estado cerca de liderar la noche y en la actualidad ya no es un formato que compita por ser lo más visto con uñas y dientes.

Pero, ¿qué está fallando en Maestros de la costura? Para empezar, la primera prueba. Hasta el año pasado el reto inicial de cada entrega permitía a los aspirantes darse a conocer, mostrar cuál es la visión de la moda que quieren transmitir al mundo. Sin embargo, para que los aprendices veteranos no tuvieran ventaja sobre los novatos, la organización decidió darle una vuelta de tuerca al espacio y convertir la prueba en una de habilidad. En ella hay que hacer una transformación rápida a un traje ya existente, o coser una cremallera invisible, o cualquier otro ejercicico de corte y confección que no supere la media hora.

Eduardo Navarrete, en el taller de 'Maestros de la costura'. Eduardo Navarrete, en el taller de 'Maestros de la costura'.

Eduardo Navarrete, en el taller de 'Maestros de la costura'. / RTVE

Esto ha sido un error de bulto: la prueba de habilidad no engancha ni de lejos como lo hacía su predecesora, y no permite al espectador enamorarse con fuerza de los aprendices. Ahí salen mejor parados los veteranos, porque ya se sabe qué estilo tienen, si se mantienen fiel al mismo, o si han vivido evolución. Con los nuevos poca cosa se puede hacer.

Al escaso atractivo del arranque hay que añadir la excesiva duración del programa, algo de lo que los espectadores llevan años quejándose. Lo mismo ocurre con MasterChef, aunque no le haya pasado tanta factura. Se sigue quedando en alrededor de dos horas y media, excesivo para tres pruebas. Que la primera sea más corta no ha favorecido demasiado el ritmo, y el reloj sigue rondando las once de la noche cuando arranca la segunda parte, la prueba de equipos, y pasa la medianoche al llegar a la eliminación. Imposible conciliar con semejantes horarios televisivos.

No hay que despreciar el consumo televisivo en diferido de Maestros de la costura, pero hay que admitir que visionar el programa más tarde, cuando el nombre del expulsado está por todas partes, en todos los medios y redes sociales, no tiene demasiada gracia. Por eso mismo, sería mucho más interesante que, de una vez, Televisión Española diese un paso al frente y subiese el contenido a la plataforma RTVE Play antes de su emisión, para que cada cual lo pueda ver en el horario que más le convenga. A la vista de los datos, no tiene nada que perder: ni es líder de la noche, ni se espera que vaya a serlo, y no se pondría en juego ningún dato que proyecte un éxito que ya no existe como antaño.

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