La Comisión Europea anunció este jueves una extensión indefinida del régimen especial adoptado durante la crisis para permitir la concesión de ayudas públicas a la banca, y anunció que rebajará los requisitos para la reestructuración de las entidades.

El recrudecimiento de la crisis obliga, según Bruselas, a prolongar las medidas de apoyo a la banca, pero con vistas a retirarlas tan pronto como sea posible. "Mi intención es anular este régimen tan pronto como lo permitan las condiciones del mercado", afirmó en rueda de prensa el comisario europeo de Competencia, el español Joaquín Almunia, quien también confió en que esta opción no sea utilizada de manera generalizada.

"Siempre hemos dicho que los bancos deben pedir ayuda estatal como último recurso, lo primero es buscar financiación por sus propios medios", señaló. Las medidas prolongadas fueron adoptadas a finales de 2008 y principios de 2009 para amortiguar el efecto de la crisis desencadenada tras el colapso del banco de inversión Lehman Brothers en Estados Unidos.

El Ejecutivo comunitario seguirá como hasta ahora exigiendo a todas las entidades que hagan uso de las ayudas a partir del próximo 1 de enero que remitan a Bruselas un plan de viabilidad.

Sólo quedarán excluidas de esta obligación las entidades que hayan recibido ayuda en forma de garantías, pero no de inyecciones de capital o de medidas relacionadas con activos tóxicos. Si se detecta que una entidad acude a las garantías estatales con demasiada frecuencia, entonces también tendrá que presentar un plan de viabilidad.

La CE indicó, no obstante, que rebajará los requisitos de reestructuración siempre que se cumplan tres condiciones: que la escasez de capital de la entidad se deba a la crisis, que la ayuda se limite a cubrir las pérdidas en los mercados de deuda soberana, y que se decida que el modelo de negocio del banco habría sido viable de no ser por la crisis y que no entraña riesgos excesivos.

La revisión, la tercera desde que este marco legislativo entró en vigor, actualiza además los requisitos de tarificación sobre las garantías estatales para asegurar que se respetan las normas europeas de competencia.

Todos los bancos que se beneficien de una garantía para financiarse en el mercado pagarán una cuota básica del 0,4 % de la ayuda y otro porcentaje en función de la mayor o menor presión a que estén sometidos en el mercado tanto la entidad que recibe el apoyo como el país que lo facilita.

Con esta modificación la CE pretende ajustar el sistema de precios a la situación actual, ya que no tiene el mismo valor, en términos de percepción del mercado, una garantía ofrecida por un país fuerte como Alemania que por otro en una situación más delicada.

Este nuevo sistema se traducirá en un precio medio de aproximadamente el 1 % por garantía y reducirá los requisitos mínimos de tarificación en un 0,2 %, lo que favorecerá a los bancos que necesitan acceder al crédito, indicaron fuentes comunitarias.

Bruselas ha incluido también en su revisión ciertas aclaraciones sobre los precios de las recapitalizaciones en forma de activos ordinarios o instrumentos similares, una opción que la CE entiende que cada vez será más frecuente dado el contexto de crisis.

El problema de los activos ordinarios es que no tienen una remuneración fija porque dependen de los dividendos y beneficios de la entidad, que no se pueden conocer a priori, por eso tiene que haber un descuento apropiado a precio de mercado en el momento de la inyección de capital.

Para calcular el descuento se tendrán en cuenta factores como si las acciones otorgan o no derecho a voto (las primeras valen más) o el tamaño de la inyección en comparación con el capital de máxima calidad del banco -si la ayuda es muy grande el estado se estaría implicando en una operación arriesgada y debería ser remunerado de manera adecuada-.