La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) autorizó ayer desembalses de unos cinco hectómetros cúbicos para atender demandas de regadío de determinados cultivos, que comenzarán el próximo fin de semana. Esta medida aprobada por la Comisión de Desembalse beneficia a casi 200 usuarios de la cuenca y atenderá las demandas del olivar, otros cultivos arbóreos (entre ellos, los cítricos) y las hortícolas con cultivos como el ajo, los cuales generalmente se riegan por goteo y, por tanto, demanda poca cantidad de agua.

La Cuenca del Guadalquivir se encuentra actualmente en situación de alerta, con unas reservas que se sitúan en el 31,5%. La Confederación adelantó a los regantes una proyección de las dotaciones a los regantes en función de las lluvias: 1.000 metros cúbicos por hectárea ante un año muy seco (un 80% menos que el año pasado), 2.000 ante un año seco, 4.000 ante un año medio y 6.000 metros cúbicos por hectárea si es húmedo. La dotación media aprobada en la pasada campaña fue de unos 4.800 metros cúbicos por hectárea, según la CHG.

Si no llueve en otoño e invierno las restricciones podrían ser hasta del 80%

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) consideró la decisión de la CHG "justa y necesaria y, sobre todo, adaptada a la realidad de nuestro regadío modernizado y nuestros cultivos", indicó su presidente, José Manuel Cepeda.

Feragua pide a la CHG un cambio de concepto y filosofía para pasar de hablar de la campaña de riego al año de riego. El cambio de cultivos y de sistemas de riego ligado a la modernización invita a evolucionar en la planificación de los desembalses, que ya no puede realizarse sólo pensando en el período de mayo-septiembre. Según Feragua, los cultivos hortofrutícolas necesitan agua todo el año. "Lo normal es que en otoño e invierno llueva y se cubran las necesidades de forma natural. Pero, si no hay lluvias, hay que proporcionar a estos cultivos el agua que necesitan".