El pleno de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aprobó ayer un desembalse de 1.100 hectómetros cúbicos para el riego de los cultivos del Sistema de Regulación General durante la nueva campaña de riego, que finalizará el próximo 30 de septiembre, y que garantiza una dotación máxima de 5.000 metros cúbicos por hectárea.

Así se aprobó en la Comisión de Desembalse de este organismo , una decisión que ha sido valorada y apoyada por las organizaciones de regantes.

Justo antes de comenzar dicha comisión de desembalse, el presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea, reconocio a los periodistas que "se ha pasado a respirar mucho", ya que "estábamos en una situación muy comprometida, con unos volúmenes de reserva muy bajos y con una situación meteorológica que no permitía nada bueno".

Precisó que la cantidad que se va a desembalsar "es un poco menos de lo normal", por dos razones: por un lado, los agricultores optaron en su momento por cultivos que requieren menos agua ante la falta de lluvias; y por otro, este año no se han producido desembalses antes de tiempo por las precipitaciones de marzo, que han facilitado las escorrentías. Guinea considera que con ese volumen de desembalse se conseguirá un funcionamiento normal.

La CHG indica que para el olivar se le asignan 1.350 metros cúbicos por hectárea, 10.000 metros cúbicos para el arroz, y para el resto de los cultivos en función del tipo de cultivo con un máximo de 3.500 metros cúbicos por hectárea.

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) valoró la decisión, ya que no es necesario llegar la dotación normal de 6.000 metros cúbicos por hectárea, y así lo planteó en la Comisión de Desembalse.

Feragua señaló, en esa misma línea, el sector arrocero acepta los 360 hectómetros cúbicos previstos para su desembalse en esta campaña, la misma asignación de los dos últimos, pero recuerda que su dotación concesional es de 400 hectómetros cúbicos, lo que supone una reducción de sus necesidades hídricas en situación de normalidad de un 10%.