España ha pasado a la ofensiva ante el incesante cuestionamiento de su credibilidad económica. La vicepresidenta segunda y ministra del ramo, Elena Salgado, y su equipo iniciaron este lunes en Londres una gira para tranquilizar a los mercados y convencer a los inversores de que el país es solvente.
En la City londinense y ante un nutrido grupo de inversores institucionales, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a reducir el gasto público más de lo que ya ha previsto y a llevar a cabo más ajustes fiscales en caso de que la economía española no recupere la senda deseada.
"Podemos bajar el déficit público del 11 al 3 por ciento. Pueden creerme o no, pero España ya lo ha hecho antes", dijo el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, a unos cien inversores. Mañana martes mantendrá un encuentro similar en París y es posible que esta ofensiva continúe luego en Asia.
Su jefa, la ministra Salgado, se había reunido pocas horas antes con editores y columnistas del Financial Times, una publicación que lleva tiempo criticando dura y abiertamente la política económica del gobierno socialista de Zapatero y se ha situado entre quienes apuntan similitudes entre el caso griego y el español.
Unido a un altísimo nivel de desempleo (el 19,5 por ciento en diciembre, según los datos publicados hoy por la OCDE) y una economía en recesión durante siete trimestres consecutivos, el alto déficit público (11,4 por ciento en 2009 y una previsión del 9,8 por ciento para este año) ha cuestionado la fiabilidad de España.
De hecho, la incertidumbre sobre la capacidad del Estado español para afrontar el elevado endeudamiento hizo que la semana pasada la Bolsa de Madrid registrase su mayor caída desde noviembre de 2008. El parquet madrileño abrió hoy de nuevo con caídas, pero consiguió remontar para cerrar con ligeras ganancias de un 1,2 por ciento.
En Londres, Salgado y su equipo explicaron hoy las medidas emprendidas por el Ejecutivo español para reducir el déficit y el endeudamiento.
Entre ellas se encuentran el recorte de gasto de 50.000 millones de euros (68.000 millones de dólares) de aquí a 2013, el saneamiento de las entidades financieras y la reforma de las pensiones.
Además, mientras Salgado y el secretario de Estado de Economía se encontraban en la capital británica, el Ministerio de Economía español anunció en Madrid que el Tesoro Público reducirá este año las emisiones de deuda neta en un 34 por ciento, hasta los 76.800 millones de euros (casi 105.000 millones de dólares).
Esta medida, que debería contribuir a la generación de calma, mantendrá la deuda pública española casi 20 puntos debajo de la media europea. La reducción de emisiones de deuda neta forma parte de la estrategia del Ejecutivo para reducir de forma progresiva el déficit del Estado.
El total de la deuda en circulación tras las nuevas emisiones anunciadas alcanzará los 553.500 millones de euros este año, el 55 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Y si la deuda del Estado se une a la del resto de las administraciones públicas, ésta será del 65,9 por ciento.
Las agencias calificadoras expresan entretanto advertencias. Standard&Poor ya quitó hace meses la máxima calificación a la deuda española y ahora se teme que pueda reducirla de nuevo. Fitch calificó hoy de "preocupante" la situación de España, que enmarco en una crisis de déficit y deuda que sufren también Grecia y Portugal. Moody's tampoco se ha expresado de forma optimista.
El Ejecutivo español, entretanto, apunta a los especuladores como responsables de lo que parece una bola de nieve que va alimentándose sola. Existen "maniobras un tanto turbias" contra España que se enmarcan en una ofensiva más amplia contra el euro, aseguró hoy el ministro de Fomento, José Blanco, en una entrevista con la Cadena Ser.
Ahora que los especuladores "ven que salimos de la crisis, no quieren que se regulen mejor (los mercados) para poder seguir haciendo de la suyas", dijo.
Frente a la comparación con Grecia, el ministro consideró que la situación de España no difiere mucho de la del resto de los países de la zona euro, lo que le lleva a pensar que "nada de lo que está ocurriendo, incluyendo los editoriales de algunos medios extranjeros con sus comentarios apocalípticos, es fruto de la casualidad o inocente".
"Responde a unos intereses particulares", aseguró Blanco, mientras la ministra de Economía explicaba en Londres al "Financial Times" cómo España pretende regresar al crecimiento económico y se esforzaba por mejorar la visión del país en el exterior. Próximamente podría haber un encuentro semejante con The Economist, que también se sitúa entre las publicaciones que han apuntado similitudes entre la economía española y la griega.
Pero el enemigo del gobierno socialista español no está sólo en el extranjero. Dentro de España, la oposición forzó hoy a Zapatero a solicitar una comparecencia extraordinaria ante el pleno del Congreso de los Diputados para explicar la situación económica. Será previsiblemente la semana que viene. España está en "emergencia nacional", aseguró el vicesecretario de Comunicación del Partido Popular (PP), Esteban González Pons.
Además, a Zapatero y su Ejecutivo les esperan dos duras jornadas esta semana: el martes en el Senado y el miércoles en el Congreso, en sendas sesiones de control a propósito de la situación económica. "Hay una campaña perfectamente orquestada para demonizar y destruir al presidente del gobierno", se quejó el ministro de Fomento, pero "nadie va a destruir la imagen" de Zapatero. Crisis-España/
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