Tranquilidad en Francia y desconfianza en Alemania. Así se puede describir el ambiente en los ejecutivos de ambos países ante la petición de rescate heleno y ante las promesas anunciadas por el primer ministro griego, Alexis Tsipras.
El primer ministro francés, Manuel Valls, consideró que la carta que el Gobierno griego envió para solicitar un programa de ayuda es "un avance" que permite dialogar, y subrayó el rechazo de su Gobierno a la salida de Atenas del euro. "Queremos que Grecia siga en Europa y Francia hará todo lo posible para conseguirlo", subrayó Valls en un debate sobre la crisis griega en la Asamblea Nacional francesa. Explicó que la carta que Atenas ha sometido esta mañana al Eurogrupo para solicitar un nuevo rescate "es equilibrada, positiva, da muestras de un avance. Es una etapa importante que permite dialogar".
Por su parte, Alemania insistió en que Grecia presente una lista detallada de las reformas que está dispuesta a llevar adelante a cambio del tercer programa de ayuda financiera."Esta solicitud tiene que ser amplia. No va a bastar con escribir una carta y comunicar que Grecia quiere un programa", dijo el portavoz del Ministerio alemán de Finanzas, Martin Jäger. El portavoz del ministro Wolfgang Schäuble destacó que desde el punto de vista de Alemania aún no están dadas las condiciones para revisar el pedido de ayuda. "Necesitamos una programa de reformas orientado hacia el futuro y amplio", demandó. "Para nosotros está completamente claro que no se puede comenzar a analizar si no tenemos todo el paquete sobre la mesa y si no sabemos qué vamos a revisar".
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