Los gigantes del motor no levantan cabeza. La crisis financiera y el mal momento que atraviesa el sector automovilístico han provocado pérdidas de 2.500 millones de dólares a General Motors durante el tercer trimestre del año y de 129 millones a Ford en el mismo periodo, superando, en ambos casos, las expectativas del mercado.

General Motors perdió 2.500 millones de dólares entre junio y septiembre y su liquidez se ha reducido en 6.900 millones ante el rápido "empeoramiento de las condiciones del mercado en EEUU", según confirmó la compañía. Los ingresos durante este periodo fueron de 37.900 millones de dólares, 5.800 millones menos que en 2007.

Fruto del deterioro del sector del automóvil, Ford también anunció ayer unas pérdidas netas de 129 millones de dólares en el tercer trimestre frente a los 251 millones de beneficio del año pasado, lo que le ha llevado a poner sobre la mesa la necesidad de reducir costes en un 10% y recortar unos 2.600 empleos temporales en EEUU. Su cifra de negocio entre julio y septiembre fue de 32.100 millones de dólares, un 21,8% menos que en los mismos meses de 2007.

La difícil situación del sector automovilístico, que está golpeando mucho más de lleno a la industria estadounidense que a la asiática, ha llevado a General Motors, Ford y Chryslesr a solicitar al Gobierno de EEUU préstamos federales por valor de 50.000 millones de dólares para evitar el "colapso". De esta cantidad, 25.000 millones estarían destinados a sanear las cuentas de las tres compañías, mientras que los 25.000 restantes servirían para inyectar liquidez en general. Harry Reid, portavoz del Senado estadounidense, señaló ayer que los tres fabricantes deberían recibir una "ayuda adicional" por parte de la Administración. Dicha ayuda provendría de los 700.000 millones de dólares del plan de rescate que el Congreso de EEUU aprobó el pasado septiembre.