"La industria andaluza ha alcanzado suficiente masa crítica como para que sea el momento de lanzar un plan estratégico en torno a este sector clave para el desarrollo de la región". Con estas palabras, el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, justificó ayer la idoneidad del nuevo Plan Andaluz de Desarrollo Industrial (PADI), que fue aprobado por el Consejo de Gobierno y que se desarrollará entre los años 2008 y 2013.
El plan trae bajo el brazo una dotación pública de 4.254 millones de euros, cifra que supera ampliamente los recursos destinados al sector en los últimos programas -hasta ahora, trienales-. "El presupuesto anual para los próximos seis ejercicios asciende a 709 millones de euros, frente a los 355 millones destinados hasta ahora por año", puntualizó Vallejo. Con este montante se persiguen dos retos fundamentales: erigir al sector industrial en el motor de la economía andaluza y hacerlo converger con la actividad nacional en 2013, en términos de empleo y de valor añadido.
"La industria es clave para el avance de cualquier región porque de ella dependen la innovación -produce el 90 por ciento de las políticas innovadoras-, las exportaciones y la estabilidad del empleo", explicó el consejero. De ahí, que el PADI establezca retos ambiciosos para todos los agentes implicados: las empresas, la administración y los agentes tecnológicos.
El desafío para el tejido empresarial es que sea capaz de convertir el conocimiento y la innovación en base de su competitividad. Así, lo que se busca son industrias de mayor dimensión, innovadoras y capaces de dar el salto internacional para competir en el mercado global; asimismo, se intentará que sean sostenibles, eficientes y sensibles a la calidad en el empleo.
La administración, por su parte, tendrá la labor de generar un entorno favorecedor de la innovación que atraiga las inversiones de media y alta tecnología, así como ejercer de catalizador de la interacción con los agentes de innovación. "Induciremos colaboraciones público-privados como la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) o la Red de Espacios Tecnológicos (RETA), que tan buenos resultados están dando", indicó. Los agentes tecnológicos deberán, por último, poner sus productos al servicio de la industria con la máxima accesibilidad y calidad, y el menor coste.
Para generar estas condiciones de competitividad, el plan se vertebrará en cinco ejes: la creación de un sistema de innovación en torno a la industria -transferencia tecnológica, cooperación...-, que acaparará 700 millones de euros; el apoyo a proyectos emprendedores, de globalización y de apuesta por la calidad y la seguridad, que absorberán 3.016 millones; la sostenibilidad ambiental, que se llevará 100 millones; la cualificación de recursos humanos y la mejora de las condiciones laborales -igualdad de oportunidades y feminización de la industria-, que abarcará 335 millones; y la asistencia técnica, que contará con 100 millones más.
Desde el punto de vista territorial, el PADI identifica 25 agrupaciones empresariales -la pastelería de Estepa, la industria química de Huelva, la naval de Cádiz...- que necesitarán de una estrategia específica y servicios para alcanzar mayor competitividad (ver texto adjunto). "A las aglomeraciones consolidadas, sumaremos otras emergentes, como la aeronáutica de Sevilla y Cádiz, que crece y aporta un alto valor a los procesos industriales; la de fabricación de componentes para las energías renovables, que produce tecnología media-alta y puede impulsar la exportación, o la nanotecnología", avanzó Vallejo. Sectores como el TIC, el metalmecánico, el agroindustrial, el biotecnológico y el cultural también serán considerados estratégicos.
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