Los trabajadores de Navantia San Fernando descartan movilizarse junto a sus compañeros de Puerto Real en demanda de más carga de trabajo. “Nuestra situación no tiene nada que ver”, afirmó el secretario del comité de empresa de Navantia San Fernando, Manuel Aranda, que subrayó que el astillero isleño está volcado en el cumplimiento del contrato de las corbetas para Arabia Saudí. Además, los representantes de la factoría de Puerto Real no han contactado con ellos para que participen en las protestas.

“Cada centro es independiente y libre de manifestarse de la forma que vean conveniente. Ellos entienden que tienen que movilizarse si así lo decide la asamblea de Puerto Real”, explicó Manuel Aranda en declaraciones a este periódico. El contrato de Arabia Saudí está valorado en 1.813 millones de euros, y es el mayor de la historia de Navantia. De los 6.000 empleos que genera anualmente, unos 3.250 recaen en la bahía, fundamentalmente en San Fernando. La construcción arrancó el pasado mes de enero y el primero de los cinco buques encargados será entregado en 2021 si se cumplen las previsiones.

La unidad de acción de los astilleros gaditanos es historia. El llamado comité de la bahía, en el que se sentaban de forma oficiosa los comités de las tres factorías de Navantia, lleva años sin reunirse, y los contactos entre los representantes sindicales de las diferentes plantas se limitan prácticamente a las reuniones en Madrid en el seno del comité intercentros de Navantia.

Esta situación ya se vio en la crisis de las corbetas, cuando el veto de la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la venta de 400 bombas láser a Arabia Saudí estuvo a punto de provocar la cancelación del contrato de las corbetas para la marina de este país del Golfo Pérsico. En ese momento, las movilizaciones estuvieron protagonizadas sólo por los trabajadores de Navantia San Fernando, y no participaron el resto de plantas de la bahía.

Concentraciones y paros

Los trabajadores de la factoría puertorrealeña están convocados este martes a participar en una asamblea para decidir si realizan acciones de protesta. La principal medida sobre la mesa sería una concentración dentro de la factoría o en las inmediaciones del astillero, aunque por ahora se descarta que se repitan medidas más combativas como el corte del puente Carranza. La plantilla está preocupada por la falta de pedidos para este astillero, una vez que se entregue en abril el cuarto petrolero para el grupo Ibaizábal, ya que sólo contarían con el encargo de una subestación eléctrica para un campo petrolífero de Noruega cerrado la semana pasada.

Para los trabajadores, es clave que se cierre el contrato de construcción de parte de un crucero para el astillero francés Chantier de l’Atlantique, lo que aseguraría la actividad a partir del verano.