La sangría laboral en el sector español de la automoción se amplió ayer con los planes del fabricante japonés Nissan, aliado de Renault, para despedir a 1.500 personas en la fábrica de la Zona Franca de Barcelona. Este número de trabajadores equivale al 43% de la plantilla total de esta planta, que ronda las 3.500 personas. Seat anunció hace una semana otro ERE para 4.700 empleados también en Barcelona.
Nissan tiene otra fábrica en Ávila a la que, en principio, no afecta esta medida. La de Barcelona, que lleva un año en pérdidas según Nissan, produce todoterrenos y vehículos industriales, algunos de los segmentos de producto más castigados por la crisis que vive el mercado del automóvil en España y Europa.
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