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Economía

El rayo de Opel se apaga en Amberes y se enciende en Corea

  • General Motors cierra la planta belga y deja en la calle a casi 2.500 trabajadores. El Astra se fabricará ahora en el país asiático.

El símbolo de Opel, el estilizado rayo (Blitz, en alemán) que encarna la imagen de la empresa automotora alemana desde 1963, se apagará definitivamente en Amberes. La noticia, ya confirmada, sobre el cierre de la planta belga de la filial de General Motors, que deja en la calle a casi 2.500 trabajadores, era esperada y temida. En términos económicos supone, en realidad, una especie de castigo celestial, no sólo para la ciudad flamenca sino para toda Bélgica.

Tristeza y desolación por una decisión que, en palabras del patrón de Opel, Nick Reilly, era "una medida indispensable". Según explicaba, con semblante sombrío, "la industria del automóvil está en declive y las previsiones de venta también". Los datos ofrecidos no dejan lugar a dudas. General Motors prevé que el mercado automovilístico de Europa occidental cierre 2010 con 1,5 millones de unidades menos que en 2009, lo que supondría 4 millones de unidades menos que en 2007. Una verdadera tragedia para el sector. Por ello, Opel se ha marcado como objetivo "para sobrevivir" la reducción de su capacidad de producción en un 20 por ciento. Eso suponía, tarde o temprano, recortes de personal, sobre su plantilla total de cerca de 48.000 personas.

El modelo estrella que se fabricaba en Amberes -el Astra- se hará ahora en Corea, lo que supone un jarro de agua fría para Bélgica. "Es mucho más económico para nosotros", sentenciaba Reilly mientras, sumidos en el desconsuelo, las familias de las casi 5.000 personas, entre empleos directos e inducidos, que genera Opel en Amberes apenas podían contener las lágrimas. Está previsto que la producción quede definitivamente cerrada en junio próximo. Mientras tanto, será difícil que los empleados mantengan el ánimo para seguir acudiendo a la cadena de montaje cada día como si nada hubiera ocurrido. En ese sentido, Reilly ha prometido un plan de despidos "socialmente responsable".

Pero ¿es posible consolarles? Con la precisión de un reloj suizo, cada día, entre las 06:00 y las 14:00, la empresa comienza su primer turno. Este jueves, a pesar de la tensión, "la actividad se ha desarrollado normalmente", afirmaba la portavoz de Opel-Bélgica, Ann Wittemans. El anuncio fatídico se produjo este jueves a las 11:00. En ese momento, el director de la cadena de montaje de Amberes, Leo Wiels, informó de la decisión de la casa matriz. "Cuando se han enterado (del cierre) no ha habido conatos de violencia ni agresiones", comentó Wiels. A partir de las 14:30 los casi 2.600 trabajadores de la planta regresaron a sus casas, abatidos.

El siguiente día de trabajo en Amberes será para ellos el martes de la semana que viene. "Estamos tristes de que las cosas, al final, hayan sido así. Estamos muy enfadados con Reilly por habernos dejado en la estacada", aseguraba Werner Dillen, sindicalista del sector del metal en Amberes. "Nos quiso dar la impresión de que todavía quedaba margen para salvar la fábrica, pero estamos seguros de que ya tenía la decisión tomada", se lamenta Dillen amargamente. "No entendemos esta decisión. La fábrica de Amberes es una de las más flexibles de Opel en Europa. Podríamos seguir fabricando otros modelos, que no sean el Astra, como los Zafira o los Chevrolets", argumenta.

La fábrica de Amberes supone el 5 por ciento de la plantilla total de Opel (y de la británica Vauxhall) en Europa. Hasta ahora se concentraba en la fabricación de las versiones de tres puertas Twin Top y Station Wagon del Astra. En 2008, la factoría produjo cerca de 150.000 unidades del Astra. El 96 por ciento fue destinado a la exportación.

General Motors no es precisamente una desconocida en Amberes. Se instaló en el puerto de la ciudad flamenca en 1929. No obstante, la fábrica de Opel, situada en el barrio de Noorderlaan, fabrica vehículos sólo de esa marca desde 1953. Pero, aunque este es un golpe duro, Opel ha tenido que encajar momentos agrios a lo largo de su historia en la ciudad flamenca. Por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial, cuando la fábrica quedó devastada por las bombas. Justo después de ese conflicto armado, GM-Bélgica concentró sus esfuerzos en la reparación de camiones del ejército estadounidense. En 1947 adquirió un terreno donde se construyó la actual fábrica, en 1950.

En 1948 salió de su cadena de montaje el primer modelo Chevrolet. En 1953, GM inauguró sus nuevas instalaciones en Noorderlaan, que pasarían a ser la Fábrica N1. En 1967, la empresa decide abrir una nueva instalación, la Fábrica N2. Se alcanza la producción de 500.000 coches, entre ellos los modelos Opel Cadette, Opel Manta y Opel Ascona. Tras la crisis del petróleo, en 1973 y 1974, la producción baja enormemente. No obstante, en 1975 Amberes se recupera, gracias a los modelos Manta y Ascona. En 1991 se hacen nuevas inversiones para la producción de los nuevos Astra y Vectra. En 2004, Opel Belgium cambia de nombre y pasa a ser GM Belgium. En 1981, su época de mayor esplendor, Opel Amberes empleaba a 12.600 trabajadores. En 1991 eran 10.000, en 1996, 5.000. En 2009, 2.600.

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