La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha subordinado la aprobación de la compra de la empresa catalana Petrocat por parte de Repsol al cumplimiento de unos compromisos presentados por la compañía que preside Antonio Brufau, entre ellos, la venta de 23 gasolineras para que no eleve su red en Cataluña.

Repsol deberá cumplir además otros requisitos como la apertura del suministro de las estaciones de servicio de Petrocat a otras petroleras y la cesión de la gestión a un tercero de la gasolinera del entorno de Tagamanent (Barcelona).

En concreto, la autorización de la operación supone la venta de 23 estaciones de servicio, de las que 17 están en Barcelona, cuatro en Tarragona, una en Lérida y otra en Madrid. Esta desinversión deberá hacerse previa autorización de la CNMC y con carácter suspensivo de la ejecución.

Repsol ya posee un 45% del capital de Petrocat y pretende tomar el control de la compañía, elevando su participación al 90% mediante la adquisición de la participación del 45% que ahora tiene Cepsa. El 10% restante seguirá en manos de la Generalitat de Cataluña a través del Institut Catalá de Energia.

Según la CNMC, el compromiso de aprovisionamiento mínimo por terceros va dirigido a limitar el refuerzo vertical de Repsol y el posible cierre del mercado a otros suministradores, con el fin de que éstos ejerzan presión competitiva sobre la refinería de la petrolera en Tarragona y su presencia en los mercados de ventas directas en Cataluña en su conjunto.

Respecto al compromiso relativo a la estación de servicio en Tagamanent, la CNMC explica que obedece a que Petrocat realizaba una gestión independiente y competitiva en precios que debe mantenerse con la presencia de un tercero con imagen propia.