El Gobierno ucraniano aceptó ayer la firma de un acuerdo con Rusia y la UE que garantiza la reanudación del suministro de gas ruso al este de Europa a través del gaseoducto que atraviesa Ucrania, pero introdujo algunas condiciones adicionales que provocaron el malestar ruso y una rectificación al anuncio inicial. A pesar de que el bombeo se iba a reanudar ayer mismo, el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev congeló la operación. "Nos vemos obligados a considerar inválido el documento firmado (...) y no será aplicado por nuestra parte hasta que estas estipulaciones sean eliminadas o revocadas de algún modo por la parte ucraniana", afirmó.

En cualquier caso, y según estipula el acuerdo, el suministro será supervisado por un grupo de observadores internacionales que se encargará de garantizar que no se produce ningún desvío ilegal de gas. Las negociaciones entre Moscú y Kiev para el suministro a la propia Ucrania también están paralizadas y el acuerdo se antoja muy lejano.

La compañía gasística estatal rusa Gazprom había anunciado que "los observadores están listos para volar a las estaciones de compresión en Rusia, Ucrania y Europa. Pueden viajar hoy [por ayer], así que el bombeo de gas puede empezar también hoy". En total, se desplegarán en la zona 22 observadores europeos, de los cuales 18 son expertos en materia energética y cuatro funcionarios del Ejecutivo comunitario, a los que se prevé se sumen observadores rusos y ucranianos.

Su misión será velar por que la totalidad del gas ruso que se bombee a través del gaseoducto ucraniano se desvíe a los países europeos, ya que Moscú acusó el pasado 3 de enero a Ucrania de quedarse con parte del gas destinado a los países europeos clientes de Gazprom. Sin embargo, las negociaciones para que también Ucrania pueda volver a recibir gas continúan sin dar resultado.

Paralelamente, los ministros europeos de Energía se reúnen hoy en Bruselas de forma extraordinaria para estudiar las consecuencias del corte de suministro de Rusia y la manera de evitar que una crisis similar se repita en el futuro. Los Veintisiete tienen previsto aprobar un texto de conclusiones en el que harán recomendaciones básicas de carácter político para afrontar la dependencia energética que la UE tiene del exterior.