Economía

Sánchez cierra en París su gira y avisa de que es “vital” un acuerdo para la reconstrucción

Enmanuel Macron y Pedro Sánchez, reflejados en un espejo del Palacio del Elíseo durante el almuerzo de ayer.

Enmanuel Macron y Pedro Sánchez, reflejados en un espejo del Palacio del Elíseo durante el almuerzo de ayer. / Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha finalizado este miércoles, con un almuerzo en París junto al presidente francés, Emmanuel Macron, su gira por varios países europeos antes de la Cumbre de los días 17 y 18, en la que los Veintisiete discutirán el paquete de recuperación post-Covid.

"Es vital que nos comprometamos ahora", ha escrito Sánchez en su cuenta de Twitter después de un almuerzo con Macron sin declaraciones ante los periodistas. El jefe del Ejecutivo español cree que la UE tiene "una gran oportunidad" en este Consejo Europeo "para iniciar el camino hacia una Europa más competitiva y resiliente".

Sobre la mesa del Consejo Europeo estará la propuesta de la Comisión de emitir deuda europea para poner en marcha un fondo de 750.000 millones de euros, de los que 500.000 se destinarán a ayudas no reembolsables y 250.000 a préstamos, una propuesta con la que España está de acuerdo.

Este miércoles, las imágenes difundidas por Moncloa han mostrado a Sánchez y Macron en el Palacio del Elíseo, en torno a una mesa junto a cuatro asesores cada uno; en el caso español han sido el embajador español en Francia, José Manuel Albares; el asesor de Sánchez para asuntos económicos, Manuel de la Rocha; la responsable de asuntos europeos, Aurora Mejía y la directora general de Información Internacional, Carmen Pérez.

Con Macron ha terminado una gira en la que Sánchez se ha reunido con dos de los gobernantes más reacios al ambicioso paquete de ayudas económicas propuesto por la Comisión Europea, el neerlandés Mark Rutte y el sueco Stefan Löfven; y también con los dos 'grandes' de la UE, Angela Merkel y Emmanuel Macron, para escenificar sintonía sobre la necesidad de llegar a un acuerdo en julio.

Antes de viajar a La Haya, Sánchez se vio la semana pasada con su colega portugués, António Costa, en Lisboa, y recibió en Madrid al italiano Giuseppe Conte; ambos han hecho sus propias 'giras' para tratar de acercar posiciones antes del viernes.

Este mismo miércoles, en Suecia, Sánchez y Löfven han reconocido sus diferencias pero han tratado de mostrar un espíritu constructivo y se han mostrado dispuestos a hacer cesiones con el objetivo de conseguir un acuerdo cuanto antes.

"Evidentemente, todos tendremos que hacer renuncias para poder llegar al acuerdo, porque lo importante es que demos una respuesta común", ha dicho Sánchez en la rueda de prensa conjunta, la única que ha dado en estos tres días de contactos.

Löfven se ha mantenido en su rechazo a que el fondo europeo conceda ayudas directas a los Estados miembros y ha insistido en que es partidario de que solo sean préstamos y enfocados en las "necesidades reales". Con todo, ha reconocido que hace falta una actitud conciliadora: "Si en una negociación uno no estás dispuesto a cambiar un poco de postura más vale enviar un papel a Bruselas y no ir".

Tamaño del fondo y proporción de las ayudas

Suecia también cuestiona el tamaño del fondo, mientras que ambas cosas, el tamaño del fondo y la proporción de ayudas y préstamos, son fundamentales para España.

De hecho, Sánchez le transmitió a Rutte que la posición de España no ha variado respecto al volumen ni a los criterios del Fondo, que "debe estar a la altura" de las consecuencias de la pandemia, según la nota de prensa difundida por Moncloa al término de la gira.

El jefe del Ejecutivo español también ha defendido en sus reuniones que la gobernanza del fondo "debe acelerar las reformas, pero siendo al mismo tiempo eficiente y ágil en su utilización".

Alude así a la llamada "condicionalidad" de las ayudas: España defiende que la supervisión de las políticas que se financian con los fondos esté ligada al 'semestre europeo', que lidera la Comisión, pero Países Bajos quiere que las apruebe el Consejo por unanimidad, de manera que todos los gobiernos puedan vetar los planes de los demás, y eso es algo que España no puede aceptar.

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