Los Veintisiete y el Parlamento Europeo (PE) no lograron este viernes cerrar el presupuesto de la UE para 2013 y si bien tienen de margen hasta el martes, las dificultades para llegar a un acuerdo no son una buena señal para la cumbre del 22 y 23 de noviembre en que los líderes deben consensuar las cuentas para 2014-2020."Por supuesto, si las cosas van bien y alcanzamos un acuerdo el martes, eso ayudará a propiciar un consenso en la cumbre", afirmó el ministro chipriota de Asuntos Europeos, Andreas Mavroyanis, durante una conferencia de prensa en la que desvinculó las negociaciones de las cuentas para 2013 de las del

presupuesto plurianual 2014-2020.

El PE abandonó las negociaciones ante la falta de consenso entre los Veintisiete sobre cómo recaudar 9.000 millones de euros para pagar las facturas del actual ejercicio fiscal, incluidos varios programas comunitarios como el Erasmus, para el que la Comisión Europea (CE) pidió 90 millones adicionales.

Esas diferencias sobre los recursos adicionales deja en el aire la aprobación de las cuentas para 2013, a tan solo cinco días de que expire -la medianoche del próximo martes- la fase de mediación entre los países y la Eurocámara.También España corre el riesgo de ver retrasado el reembolso de 1.474,2 millones de euros que la CE tiene aún que abonarle para fondos sociales, de cohesión y proyectos de desarrollo regional.

Dadas las posiciones irreconciliables, la CE planteó una nueva propuesta por la que reduciría 1.500 millones de euros de esos 9.000 millones de euros, pero los europarlamentarios abandonaron la sala por considerar que este cambio de última hora crea confusión sobre las necesidades de financiación de la Unión Europea.Los eurodiputados exigían a los Veintisiete la aprobación de esos recursos adicionales a cambio de aceptar recortes en la propuesta para 2013, una señal de cara a que si, llegado el momento, la dotación para el próximo año es insuficiente, se podría enmendar.

Una veintena de países favorecieron aprobar los fondos adicionales, pero Holanda, Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y, en menor grado, Francia, Finlandia y Austria, propugnaban otras fórmulas para encontrar esos recursos, como la reubicación de recursos o el pago de facturas con las nuevas cuentas.

El presidente de la comisión de Presupuestos de la Eurocámara, el francés Alain Lamassoure, explicó que los europarlamentarios quieren que se reembolsen las facturas legítimas, que, sin embargo, siguen discutiéndose entre los países.Ambas partes sí acordaron movilizar tan pronto haya un acuerdo los 670 millones de euros del fondo europeo de solidaridad solicitados por la CE como recursos adicionales del

presupuesto de 2012 para asistir a Italia tras los graves seísmos que en mayo pasado afectaron a la región de Emilia Romagna (norte).

La CE y la presidencia chipriota de turno mostraron cierto optimismo acerca de la posibilidad de alcanzar un acuerdo el martes. "Por supuesto que es posible", dijo el comisario europeo de Presupuesto, Janusz Lewandowski, mientras que el ministro chipriota, Mavroyanis, consideró que aunque "hay una buena posibilidad de alcanzar un acuerdo bajo las actuales circunstancias", la CE quizás tenga que presentar una nueva propuesta.De no lograrse un acuerdo hasta finales de año, la UE se vería obligada a una prórroga, que permitiría gastar cada mes una doceava parte de las dotaciones presupuestarias de 2012 o de su proyecto presupuestario para el próximo ejercicio fiscal, la que sea menor.

Entre países y europarlamentarios hay diferencias de "procedimiento", pero las posiciones "no están tan alejadas".Para Lamassoure, sin embargo, "las posturas de ambas partes estaban distanciadas, por lo que no era útil seguir negociando", aunque agregó que esta situación "no es dramática".Los recursos adicionales para hacer frente a los gastos de 2012 eran la base para cerrar las partidas de todo el

presupuesto, sobre las que también hay grandes diferencias.

Los Veintisiete rebajaron la primera propuesta presupuestaria de la Comisión, que incluía un incremento del 6,85% para los pagos y congelaba el gasto futuro, ya que la subida del 2% de los compromisos (el importe máximo de pagos futuros a los que se puede comprometer la UE) equivale a la tasa de inflación anual.Frente a la CE, los países de la Unión piden un aumento del 2,79% con respecto a 2012 y elevar los compromisos un 1,27%.Los eurodiputados pidieron una subida del 6,82% en pagos y del 2,2% en compromisos, un planteamiento que los Veintisiete rechazaron, dando lugar al proceso de mediación actual.