El segundo banco de inversión de EEUU, Morgan Stanley, sufrió una importante caída de beneficios en el primer trimestre, pero la crisis que sacude al sector le afectó menos de lo previsto. La entidad obtuvo un beneficio neto de 1.534 millones de dólares (988 millones de euros) en su primer trimestre fiscal -que concluyó el 29 de febrero-, lo que representó un descenso del 42% respecto al mismo periodo del año precedente.

Los ingresos de la entidad también se redujeron un 17%, hasta los 8.322 millones de dólares (5.302 millones de euros).

Los resultados del banco, que han superado las expectativas de Wall Street, se vieron fundamentalmente lastrados por la crisis crediticia, ya que la compañía contabilizó 1.200 millones de dólares en amortizaciones vinculadas a hipotecas y 1.100 millones relacionados con la devaluación de créditos y la liquidación de deudas. No obstante, los datos reflejan el incremento del 6% en los ingresos de su división de banca privada y el buen comportamiento de la unidad de renta fija.