Este es el nuevo precio del oro: récord absoluto por onza
El metal precioso continúa su escalada imparable con una revalorización cercana al 50% en lo que va de 2025, impulsado por compras de bancos centrales y tensiones geopolíticas
Las inversiones en oro con gran rentabilidad
El mercado del oro ha despertado este lunes con un nuevo máximo histórico sin precedentes en los mercados financieros internacionales. El metal precioso ha rozado la barrera psicológica de los 3.945 dólares por onza (aproximadamente 3.597,08 euros), consolidando una tendencia alcista que parece no tener techo en 2025. Según los datos proporcionados por Bloomberg y recogidos por la agencia EFE, el oro alcanzó los 3.944,73 dólares a las 7:06 horas (5:06 GMT), superando con holgura el récord anterior de 3.896,85 dólares establecido el pasado jueves.
Aunque posteriormente el metal amarillo moderó ligeramente sus ganancias, a las 7:45 horas (5:45 GMT) todavía mantenía un sólido incremento del 1,06%, cotizando a 3.931,83 dólares por onza. Este comportamiento reafirma su condición de activo refugio por excelencia en un contexto global marcado por múltiples incertidumbres. Los expertos señalan como principales catalizadores de esta subida histórica la estrategia de compras masivas por parte de bancos centrales, la persistente debilidad del dólar estadounidense y un panorama geopolítico cada vez más complejo que incrementa la demanda de activos seguros.
El impresionante rally del oro en lo que va de 2025 ha llevado al metal precioso a acumular una revalorización cercana al 50% desde enero, una cifra que supera ampliamente el rendimiento de otros activos tradicionalmente considerados como refugio. Esta dinámica confirma la creciente preocupación de los inversores por preservar valor en un entorno marcado por tensiones internacionales y fluctuaciones en los mercados financieros convencionales.
Factores que impulsan la subida histórica del oro
La escalada del oro hasta estos niveles récord no responde a un único factor, sino a una combinación de circunstancias que han confluido en los mercados internacionales. El primero y más significativo ha sido la política de diversificación de reservas adoptada por numerosos bancos centrales, especialmente de economías emergentes, que buscan reducir su dependencia del dólar estadounidense. Países como China, India y Rusia han incrementado notablemente sus reservas de oro durante los últimos trimestres de 2024 y el primer cuatrimestre de 2025.
El segundo factor determinante ha sido la continua depreciación del dólar estadounidense frente a otras divisas de referencia. Esta debilidad de la moneda norteamericana ha incentivado las compras de oro, ya que ambos activos suelen mantener una correlación inversa en los mercados financieros. Cuando el dólar se debilita, el oro —cotizado internacionalmente en la divisa estadounidense— se vuelve más asequible para los compradores que operan con otras monedas, lo que impulsa la demanda.
Por último, el contexto geopolítico actual, marcado por tensiones crecientes en diversas regiones del mundo, ha reforzado el papel del oro como valor refugio. Los conflictos en curso, las disputas comerciales entre potencias y la incertidumbre política en varios países desarrollados han llevado a muchos inversores institucionales y particulares a incrementar su exposición al metal amarillo como seguro frente a posibles turbulencias en los mercados de renta variable y renta fija.
Perspectivas para el mercado del oro en 2025
Los analistas del sector coinciden en señalar que, aunque el ritmo de crecimiento actual difícilmente puede mantenerse durante todo el ejercicio, las perspectivas para el oro siguen siendo alcistas a medio plazo. Las previsiones más conservadoras apuntan a que el metal precioso podría superar la barrera de los 4.000 dólares por onza antes de finalizar el primer semestre de 2025, especialmente si se mantienen o intensifican los factores que han impulsado su cotización hasta ahora.
El comportamiento del oro contrasta con la volatilidad observada en otros mercados financieros durante los primeros meses de 2025. Mientras las principales bolsas internacionales han experimentado correcciones significativas y el mercado de criptomonedas ha sufrido fuertes oscilaciones, el metal amarillo ha mantenido una tendencia alcista constante, consolidándose como uno de los activos más rentables del año.
Los fondos de inversión especializados en metales preciosos han registrado entradas de capital récord durante el primer cuatrimestre de 2025, reflejando el creciente interés de los inversores minoristas por este tipo de activos. Los ETF respaldados por oro físico han visto incrementar sus activos bajo gestión en más de un 30% desde enero, según datos de las principales gestoras internacionales.
El oro como instrumento de inversión y reserva de valor
El oro ha sido considerado históricamente como un activo financiero con características únicas que lo diferencian de otros instrumentos de inversión. A diferencia de las divisas fiduciarias, que pueden ser emitidas por los bancos centrales según sus políticas monetarias, el oro tiene una oferta limitada por su escasez natural, lo que le confiere un valor intrínseco como reserva de riqueza.
Durante siglos, el metal amarillo ha desempeñado un papel fundamental en el sistema monetario internacional, primero como base del patrón oro y posteriormente como activo de reserva en los bancos centrales. Aunque el vínculo directo entre el oro y las divisas se rompió definitivamente en 1971 con el fin de los Acuerdos de Bretton Woods, el metal precioso nunca ha perdido su condición de refugio seguro en momentos de incertidumbre.
En el contexto actual, caracterizado por políticas monetarias expansivas y niveles de deuda pública crecientes en las principales economías desarrolladas, muchos inversores ven en el oro una protección frente a posibles escenarios de inflación o inestabilidad financiera. Esta percepción se ha reforzado tras las crisis financieras de 2008 y 2020, periodos en los que el metal amarillo demostró su capacidad para preservar valor cuando otros activos sufrían severas correcciones.
¿Qué representa el oro para la economía global?
El oro es mucho más que un metal precioso utilizado en joyería o como activo financiero. Representa un termómetro de la confianza en el sistema económico internacional y en las políticas monetarias de los bancos centrales. Sus movimientos alcistas suelen interpretarse como una señal de desconfianza o incertidumbre respecto a los activos financieros tradicionales, mientras que los periodos de estabilidad o caída en su cotización generalmente coinciden con fases de optimismo en los mercados de renta variable.
La actual carrera alcista del oro, que lo ha llevado a casi 4.000 dólares por onza en mayo de 2025, refleja preocupaciones subyacentes sobre la estabilidad del sistema financiero global, la sostenibilidad de las políticas fiscales y monetarias en las principales economías, y los riesgos geopolíticos que amenazan el orden económico internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial.
Los bancos centrales, conscientes de estas dinámicas, han incrementado significativamente sus reservas de oro en los últimos años. Según el Consejo Mundial del Oro, las compras oficiales de este metal alcanzaron niveles récord en 2024 y continúan a un ritmo similar en 2025, con especial protagonismo de los bancos centrales de economías emergentes que buscan reducir su dependencia del dólar estadounidense como activo de reserva principal.
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