El Fiscal

Ideas para los señores candidatos en las elecciones del Consejo de Cofradías

  • La fuerza de la institución debería emplearse en orientar a una masa que cada vez se sabe mover menos por la calle, no respeta al nazareno o no se levanta al paso de la Bandera Pontificia

Nazarenos

Nazarenos / R. C. (Sevilla)

Hay que aprovechar que vienen las elecciones al Consejo para exigir debates serios, proponer medidas verdaderamente útiles y contribuir a que la cosa no quede en un reparto de sillas (decir sillones sería demasiado) con derecho a chaqué en el palquillo y un par de procesiones. El polémico reglamento de la carrera oficial nos dio una idea sobre el grado de precisión al que los señores del Consejo son capaces de llegar cuando se lo proponen. ¿Recuerdan la regulación nada menos que de la libertad de expresión de los abonados con hasta un régimen sancionador? Pues podrían poner el mismo celo en asuntos de actualidad en los que hacen falta criterios comunes. El domingo pasado exigimos transparencia en las cuentas, pero de verdad, de acuerdo con el Plan General Contable, y no la mamarrachada que presentaron en la última ocasión, que era una bofetada a la inteligencia. Les damos a los señores Vélez y Romero unas cuantas ideas.

Mimar al nazareno

Qué bien haría el Consejo en fomentar el respeto del público a la figura del nazareno. Una suerte de campaña para concienciar a la gente de la necesidad de cuidar al nazareno tanto en la fila como en sus desplazaminetos de casa al templo y el retorno. No cuesta mucho y puede ser muy útil. Todavía recuerdo a un pedazo de presidente como fue Rodríguez-Caso llamando al orden en plena Campana a un nazareno para que se cubriera. También podría el Consejo recordar, por ejemplo, la obligación de levantarse del asiento al paso de la Bandera Pontificia. Se ha perdido esa costumbre por puro desconocimiento. ¡Menos castigar y más enseñar! Sólo lo hacen ya los ocupantes del palquillo y a veces casi se les pasa. La Semana Santa de consumo no guarda esta señal de respeto.

Horror de 'selfies'

Hay que cuidar a los nazarenos, pero éstos también tienen que respetar el hábito con el que se revisten. Hace unos días que el Tribunal Supremo ha prohibido los selfies de los opositores en su sede por ser “poco serios”. ¿Qué me dicen de los autorretratos de nazarenos sin antifaz que se difunden por las redes sociales?Oiga, ¿pero no se trata de guardar el anonimato? Nada en contra de las fotos familiares de uso interno, pero si posamos sin antifaz a la vista de todos, ¿qué sentido tiene ir cubierto? También el Consejo podría ayudar en este sentido. ¿O solo recaudamos el dinero de las sillas y elegimos a los pregoneros? No se trata de impedir, restringir o sancionar, sino de enseñar, pues lo que no se conoce no se aprecia ni valora.

Redes sociales

Se podría hacer una guía de uso de las cuentas oficiales de las hermandades en las redes. Algunas son llevadas por profesionales (ejemplares las de Los Estudiantes y la Macarena, por poner solo dos ejemplos), pero en otras se nota más voluntarismo que criterio serio. No estaría de más ayudar a este respecto desde una institución a la que se debe exigir más. Están fuera de lugar en una cuenta oficial el tuteo, los mensajes sobre fútbol o temas ajenos a la hermandad, no se debe seguir a amigotes del que lleva la cuenta sino a otroas cuentas institucionales, la autoridad eclesiástica debe recibir el tratamiento correcto o no se debe difundir más de la cuenta la figura del hermano mayor por riesgo de incurrir en un asfixiante personalismo.Tenemos claro que las cofradías son celosas de su autonomía, pero insistimos en que se trataría de guías, protocolos y criterios que seguro que con la fuerza que tiene el Consejo pueden hacer mucho bien, sobre todo si se emplean las redes sociales, por ejemplo el lenguaje de los hastags.

La masa

Y, por supuesto, las recomendaciones y consejos al público no se acaban en la necesidad de cuidar al nazareno. A muchos sevillanos, no sólo a los visitantes, habría que enseñarles a estar en la calle, cómo moverse en una bulla, cómo buscar el paso sin molestar al nazareno, evitar los puntos negros que están perfectamente estudiados, no sacar vasos de vidrio (ni de otro tipo) al balcón al paso de una cofradía, etcétera. ¿Y los bares? No todos apagan las luces cuando llega el paso, por ejemplo. Un buen ejemplo para el Consejo es cómo cuida Almonte la romería del Rocío con esas normas para los días de estancia en la aldea, donde se cuidan desde los rótulos de publicidad hasta la música. Seamos positivos, se puede y se debe hacer mucho. Seguiremos.

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