El Fiscal

Mirapiés

LO poquito bueno del coronavirus es que recuperamos la mirada como forma de relacionarlos con las imágenes sagradas. Ya está bien de tanto toqueteo y besuqueo. Mirar es mucho más edificante que tocar. Se reza con la palabra y hasta con la mente. No hacen falta las manos para orar. Hasta hay quien con buen humor dice que esta es la cuaresma de los mirapiés. Nunca perdamos el buen humor. En realidad parece que estamos a un paso de ver en la calle al Cristo de San Agustín para que nos libre este 2020 de es suerte de peste mediática que es el coronavirus. La historia no se repite, la historia es la misma, me habrán leído algunos en más de una ocasión. Ya me dirán algunos a quién recurrimos en estos casos. La historia nos enseña que el crucificado de San Roque es la solución eficaz. Aprendamos de los que nos antecedieron.

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