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Elecciones

Cospedal catapulta a Rajoy y el PSOE salva Extremadura

  • El PP gana en todas las comunidades salvo Asturias, donde deberá pactar con Cascos, y Navarra · Los socialistas conservan por los pelos su feudo gracias a IU

La marea azul anunciada en las encuestas sobre el mapa autonómico era todo un tsunami y el equilibrio que guardaban las dos grandes fuerzas al repartirse la tarta autonómica -cada uno gobernaba cinco de las trece comunidades que estaban ayer en juego- ha sido anegado, con el psicodrama añadido al descalabro del PSOE de que ha perdido una comunidad emblemática como Castilla-La Mancha, aunque al menos salvará el pellejo en Extremadura con la inestimable ayuda de IU.

El PP conserva las cinco comunidades donde tenía mayoría absoluta (Madrid, Castilla y León, La Rioja, Valencia y Murcia) y gana en todas las demás, otras seis, salvo en Navarra y Asturias.

La portavoz del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, ya empezó a poner el parche en la herida al augurar por la tarde que no iba a ser una buena noche para el PSOE. Ni se habían cerrado los colegios electorales pero los peores presagios de los socialistas ya se estaban materializando en los sondeos a pie de urna y la de Zapatero se empezaba a alzar como la indeseable sombra alargada que se temían en Ferraz, con unos resultados globales que bien pueden ser perfecta antesala de un adelanto electoral (anoche se pedía como un mantra en la mismísima cadena Ser), que de poco o nada le sirvió a los candidatos municipales o autonómicos de la izquierda en general y del PSOE en particular la explosión cívica de indignación popular con la clase política.

Uno de los mayores vértigos al que se asomaban los socialistas era el de estrenarse como oposición en Castilla-La Mancha. La pesadila ya está aquí. El candidato a la reelección, José María Barreda, arrolló a María Dolores de Cospedal en 2007 pero el precedente palideció ayer en las urnas y la palanca del cambio ya está en marcha. "No os fallaremos" y "nos dejaremos la piel" fueron las dos primeras promesas que dejó anoche la sucesora de Barreda. Con el testigo de Bono humeante, Barreda sacó más de 100.000 votos de ventaja y diez puntos porcentuales a la aspirante popular en 2007, aunque ésta aún no era conocida para el gran público, pues no fue hasta el año siguiente cuando se convirtió en secretaria general del PP, en Valencia, con las bendiciones de Francisco Camps, un dato que explica muchas de las cosas que pasan.

Buen motivo para los análisis e incluso la preocupación puede ser el hecho de que la corrupción apenas haya hecho mella en Valencia o Baleares, donde Camps revalida su mayoría absoluta con la cruz de las sospechas de Gürtel a cuestas y que ahora ya puede proclamar sin empacho que las urnas le han absuelto, mientras en las islas el candidato popular, José Ramón Bauzá, se ha sacudido toda la porquería del testigo que le cedió Jaume Matas.

Extremadura era la otra gran apuesta de los populares para asfaltar el camino de Rajoy hacia La Moncloa. Las encuestas se han revelado certeras y con la vuelta de IU al Parlamento de Mérida, el socialista Guillermo Fernández Vara frenó al más votado, el popular José Antonio Monago, que acarició la mayoría absoluta hasta el último suspiro del escrutinio.

Pero nada es perfecto y la espectacular irrupción del Foro Asturias de Francisco Álvarez-Cascos amargó la fiesta al PP, aunque un pacto contranatura dejará al PSOE fuera del poder doce años después.

Bildu, la coalición independentista bajo sospecha, entra con fuerza en el Parlamento navarro.

Y a última hora de la noche, el presidente del Gobierno disipaba la gran duda: las generales, a pesar de los pesares, en 2012. Desde el PP, Ana Mato, le invitó a reflexionar. "Escuche a los ciudadanos".

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