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Elecciones

La crisis, el 'efecto ZP' y el aval popular casi borran al PSOE del mapa de la provincia

  • Los ciudadanos apoyan mayoritariamente a un PP que pasa de 340 a 465 concejales y marca su mejor resultado de la historia. El socialismo ya busca culpables de una derrota sin precedentes

El mapa de la provincia nunca fue tan azul. Las siglas del PP ondean en medio centenar de municipios (45 con mayoría absoluta y otros cinco con mayoría simple) desde las elecciones locales celebradas el domingo y podrían ser casi 60 cuando se culmine el proceso de negociaciones ya iniciado en la veintena de pueblos pendiente de los futuros pactos de gobierno. El líder del Partido Popular andaluz, Javier Arenas, siempre ha tenido claro que los vientos de cambio soplarán desde la provincia y los almerienses, como ya hicieran en las pasadas autonómicas, le han vuelto a corresponder, esta vez con un apoyo sin precedentes, un 50,43% de los votos. La provincia castigó duramente al socialismo almeriense y pocos candidatos del PSOE han superado las duras embestidas de la crisis, el paro y la pésima percepción del Gobierno que a día de hoy tienen la mayoría de los ciudadanos. El partido que fundó Pablo Iglesias ha caído a 412 concejales (58 menos que en las municipales de 2007) y ya se ha iniciado un debate interno en el que ya se buscan los culpables de una situación antes de que sea demasiado tarde.

– La crisis económica. No hay un sólo dirigente del PSOE que aún no haya aludido a la complicada situación económica del país para explicar la debacle electoral. El Gobierno no ha logrado frenar la escalada de parados y en la última legislatura, que acaba en 2012, se ha generado un descrédito entre la ciudadanía insalvable para la mayoría de alcaldes socialistas. No obstante, una decena de los candidatos del PSOE que vienen gobernando en municipios de la provincia como Vícar, Benahadux o Albox han superado todas las adversidades logrando mantener el sillón de la Alcaldía. El propio líder del PSOE de Almería, Diego Asensio, tiene claro que sería un error achacar al paro y la crisis los malos resultados electorales sin analizar otros posibles factores como la relación de la provincia  y los almerienses con las diferentes administraciones y la estrategia del partido en su conjunto.    

– Participación. El PSOE aseguró que si la abstención era alta los más perjudicados en la cita con las urnas serían los socialistas. La participación en los comicios fue del 65%, tres puntos superior a la de 2007, a pesar del buen día de playa, las comuniones y el posible efecto del movimiento del 15-M.  

l El segundo alcalde más votado.   El candidato del PP de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, ha sido el segundo alcalde más votado de las capitales de todo el país, con un 58,5% de los votos. Tan sólo ha recibido más apoyo el alcalde de Murcia. El trabajo desarrollado por algunos de los candidatos del PP en la última legislatura ha sido el mejor aval con el que presentarse a las municipales. El PP ha conservado la mayoría de sus alcaldías, algunas incluso con una delicada situación económica. 

– La guerra socialista.  Aunque llevan meses apostando por la unión de todas las fuerzas hasta después de las municipales, era más que evidente la crispación que ha existido entre la dirección del partido y algunos sectores más críticos. Es más, la relación de la Ejecutiva Regional del PSOE que lidera Griñán ha sido directa y cercana con algunos alcaldes y todo lo contrario con los líderes del socialismo almeriense. El ruido de las voces críticas comienza a incrementarse y posiblemente los decibelios sean muchos en las próximas semanas. 

– El descalabro del PAL. Fue, sin duda, una de las respuestas más contundentes de los ciudadanos, en este caso ejidenses. El voto de castigo a Juan Enciso, implicado en la Operación Poniente, ha sido determinante en una victoria aplastante del PP. El PAL bajó ayer a sólo 7 concejales (cuatro en El Ejido) frente a los 61 ediles y ocho alcaldías que consiguió en 2007 siendo la tercera fuerza política de la provincia. El futuro apunta más bien a la desaparición.

– La integración de GIAL.   El líder del PP almeriense, Gabriel Amat, ya sabía cuando inició el proceso de integración con el partido de Juan Megino (GIAL) que tenían mucho que ganar y poco o nada que perder. Ayer se demostró que en los municipios en los que se ha producido la integración, fruto de la desaparición de la formación independiente, el PP ha salido fortalecido. En la capital no sólo han sumado los dos escaños que obtuvo GIAL en los comicios de 2007, han ganado cinco ediles, pasando de 13 a 18. Es más, en otros pueblos como Carboneras, a pesar deno llegar a un acuerdo de integración, los independientes que procedían de GIAL (ahora GICAR) pactarán con el PP para que no gobierne más el PSOE. 

– El auge de Izquierda Unida.   La formación se ha vuelto a consolidar como tercera fuerza política de la provincia logrando meter cabeza en dos ayuntamientos tan importantes como el de Roquetas y El Ejido. En la capital aumentan a dos concejales y suman 33, 11 más que en las municipales de 2007. Eso sí, han perdido uno de sus principales bastiones, el de Huércal de Almería después de una convulsa etapa de dimisiones y transfuguismo. 

– Movimientos vecinales. Los grupos de ciudadanos que han surgido en los últimos años están cobrando fuerza y logran cada vez más presencia en el seno de los ayuntamientos. Tan sólo en Huércal de Almería, el PP tendrá que llegar a acuerdos para poder gobernar con alguno de los nuevos partidos. Grupo Independiente del Pueblo, Vecinos de Huércal de Almería y Alternativa Ciudadana por Huércal sumaron el domingo dos concejales cada formación y serán la llave del futuro gobierno. El Grupo Independiente de Enix logra 3 concejales y hasta 4 contabilizan los Independientes por Dalías y la Agrupación de Electores de Alcudia. 

– Urbanismo ilegal.  Los grupos ecologistas vienen denunciando las malas prácticas de algunos ayuntamientos desde hace años. Recientemente situaban en el punto de mira los de Cuevas del Almanzora, Mojácar y Vera y sólo este último ha sido castigado en las urnas. También le han podido pasar factura al de Huércal Overa sus políticas urbanísticas y casi seguro al alcalde del Algarrobico que ya tiene las horas contadas.   

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